Deportivo Cuenca

La ciudad, excelencia y referente del Ecuador en varias disciplinas deportivas, amaneció alegre ayer, luego que el equipo que lo representa en el fútbol nacional lograra su permanencia en la serie de privilegio.

En medio de la incertidumbre que genera la pandemia, de la preocupación colectiva por reactivarse económicamente, aun de los vaivenes políticos derivados de la lucha por captar el poder, reanima e invita a emular lo hecho por el equipo para no dejarse aniquilar en momentos adversos.

Esos momentos, que parecían interminables, tuvieron en vilo a la Cuenca que disfruta, vive y hasta sufre por su club, cuya historia la completan títulos y subtítulos, y épocas similares a la que acaba de sobreponerse.

Entiéndase equipo, no solo a los jugadores, sino a su cuerpo técnico, la dirigencia, cuya renovación hecha a tiempo y liderada con gente con visión, le vino bien; al igual que otras tantas personas que, a veces desde la sombra, cumplen su trabajo de sol a sol.

No a todos les gusta el fútbol, y es lógico que así lo sea.

Tampoco implica arengar aquello de que hay que “dar circo al pueblo” para que se despiste de la realidad social, económica y política que lo rodea; y en la que debe ser actor proponente, exigente y deliberante, sin olvidar de que “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.

El fútbol, se ha dicho con razón, es un fenómeno de masas a nivel mundial, actualmente devenido en una actividad económica que mueve millones y millones de dólares, que no ha estado libre de corrupción, de servir como catapulta política, y que hasta concibe al futbolista como una mercancía más, reciclable y desechable a cierta edad.

Pero es masificador, fomenta el comercio, incluso el informal, atrae multitudes, sirve de catarsis para liberarse de problemas y del estrés, y genera pasiones encontradas.

En ese contexto, es oportuno que el Cuenca prolongue este optimismo en 2021 conformando un equipo que compita no para evitar el descenso sino por los primeros lugares. Reconociendo las limitaciones económicas, no es mucho sugerir.