Esclavos entre nosotros I

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

Quienes pensaron que en Ecuador no existe la esclavitud, se equivocaron. En la región costera, familias enteras producen abacá o cáñamo de Manila en condiciones precarias. Somos el segundo productor a nivel mundial después de Filipinas. De esta planta se extrae una fibra resistente que sustituye a la fibra de vidrio, pero esta misma propiedad la vuelve letal para los obreros que la procesan. Un solo filamento puede mutilar extremidades, como ha sucedido al utilizar las desfibradoras traídas desde Japón que, durante más de medio siglo, no han sido reemplazadas. Los deja “mochos”, como los trabajadores se autodenominan, por no contar con la seguridad y protección adecuadas.
Las haciendas abacaleras permanecen cerradas a todo tipo de vehículos que no sean los camiones que retiran la fibra. En caso de emergencias, sacan a los heridos en hombros o en motos. En los predios de Furukawa viven generaciones completas hacinadas en viviendas lúgubres, bebiendo agua de pozo y con electricidad solo tres horas diarias. Esta empresa japonesa se estableció hace 55 años en Ecuador y cuenta con 32 haciendas repartidas entre Los Ríos y Esmeraldas. Para activistas de DDHH, es el peor caso conocido sobre violación de derechos humanos y laborales en el país. En 2005, siendo Ministro de Trabajo el “Tío Galo”, confirió la condecoración al “Mérito Laboral” a la Sra. Furukawa, apoderada de la empresa. Desde febrero de 2018, obreros han enviado cartas al Presidente Moreno afirmando que han laborado como esclavos durante décadas sin ningún beneficio laboral. Durante una inspección realizada en noviembre de ese mismo año, el Ministerio de Trabajo encontró incumplimientos a las normas de seguridad y salud de los trabajadores.
En junio de 2019, la Comisión de Derechos Colectivos citó al Defensor del Pueblo y a varios titulares del gobierno para exponer las condiciones de esclavitud en las que viven y laboran los obreros. Se develó un sistema de explotación que la Unesco reconoce como servidumbre de la gleba: “la condición de una persona que está obligada por la ley, costumbre o un acuerdo a vivir y trabajar sobre una tierra que pertenece a otra persona y a prestar a ésta, mediante remuneración o gratuitamente, determinados servicios sin libertad para cambiar su condición”.
Continuamos… (O)