Ajustando las tuercas

Alberto Ordóñez Ortiz

No es que el gobierno se está saliendo de control; pues que, hace largo rato que se salió. En los 3 años y más de “morenismo”, los problemas y las soluciones se han vuelto cada vez más complejas. Y conste que nada de lo que digo es retórica. Está a la vista: el país se hunde en un entramado en que la insensatez, el desgobierno y el endeudamiento público son la compleja ecuación a resolver, sin que por los reiterados fracasos haya visos de que den con la fórmula, porque el país continúa girando en círculos, perdido de sí y del mundo.

No de otra manera se explica que el cacareado acuerdo nacional no haya pasado del vulgar cacareo; que el riesgo país se haya puesto casi a la par con el de Venezuela; que el déficit fiscal haya tocado fondo; amén de otros déficits y que; sin embargo, haya quienes compran lujosos departamentos en Madrid. Lo demás, -el país en su conjunto- es lo de menos. Que la corrupción continúe viento en popa, también es lo de menos. Para colmo, la misión del FMI que debía autorizar el pago de 248 millones de dólares, abandonó el país a causa de inobservancias gubernativas. El derrumbe del precio del petróleo fue el despiadado pretexto para el paquetazo en marcha, aunque la principal causa sea el descomunal desgobierno. Todo parece indicar que no aciertan una.

Pero las cosas no terminan allí, porque en un país de paradojas, todo es posible. Acaba de publicarse en un remitido de prensa el alegre desglose de valores que dizque el gobierno habría pagado para obra en Cuenca, en el que se incluyen más de 29 millones de dólares por jubilaciones del IESS. ¿Cómo así?. No sabrán que los fondos del IESS son fondos de los afiliados y “distintos de los del fisco (Art. 372 de la Constitución). Cuando ocurren cosas como esa, uno se dice, para el cinismo obtuso y “cacaseno” no hay límites. ¡No los hay!. (O)