Fragilidad humana

Eduardo Sánchez Sánchez

Que dura realidad la fragilidad humana pese al avance científico del siglo XXI, es un virus el que casi ha detenido  el girar planetario, la economía, la dinamia humana, y ha creado verdadero pánico en unos mientras,  otros se han mostrado ajenos como aquellos que viajaban a la playa, organizaban fiestas, creo estaban revestidos no de inmunidad sino de un extraño “quemimportismo” que les mostraba fríos a ésta crisis global. Coincidencia o no, pero las pandemias han sucedido en los años 20 de cada siglo. 1320 la Peste de Mongolia, 1520 la Viruela, 1620 un virus del barco Mayflower, 1720 la Peste de Marsella, 1820 el Cólera de Bengala India, 1920 el segundo brote de Peste Neumónica y el 2020 el virus de Wuhan China, en donde se ha ralentizado el número de casos y muertes mientras el mundo tiembla por el visitante antes “forastero” y hoy nacionalizado.

Influyen en el escenario del miedo,  la psicología y las emociones, la cultura y la actitud irresponsable de acaparar alimentos, mascarillas, desinfectantes, etc, cuyos precios subieron sin control. Las economías globalizadas están íntimamente vinculadas, se ha transformado la relación entre las personas y su entorno, hoy lo local es global y viceversa. Este hecho se repite en una pandemia que avanza con la celeridad de la movilidad y lacera los intereses económicos de los pueblos. Por ello los gobiernos se ven obligados a inyectar dinero del Fondo de Ahorro Nacional para que no colapse la economía empresarial ni popular.

Mientras unos lucran del dolor, muchos son verdaderos soldados de la humanidad, adalides de la Patria, infatigables servidores como médicos, enfermeros, empleados recolectores de basura,  choferes transportadores de alimentos, fármacos, etc. Los policías, militares y guardias que velan por el orden social y la recuperación de lo cotidiano.