Realidades en tiempo de pandemia

Hugo Lucero Luzuriaga

En estos momentos, es necesario ser frontales y realistas, sobre todo cuando nos llenamos de tanta información referente al COVID-19. Lo mencionado induce a tratar, al menos, de orientar a la población en temas concretos y sobre todo que no admiten, casi, a ninguna duda. En efecto:

Pensamos que los chinos no lograron vencer, como se dice al coronavirus, al contrario, se tardaron mucho en aceptar una realidad, tuvieron miles de muertos, impusieron drásticas sanciones a los “chinos alarmistas”, médicos y otras profesiones que fueron obligados a retraerse en sus pronunciamientos, además de que, indirectamente contaminaron al mundo en criticada tardanza de reconocer una realidad. Se pregona que, dentro de poco va a salir la vacuna, empero, siendo realistas saldrá dentro de algunos meses o mínimo al año a sabiendas que tiene que pasar por varias pruebas de laboratorio, en animales y finalmente en humanos. Se pregona que ciertos fármacos como los derivados de la cloroquina son los que curan la enfermedad, cuando recién se está investigando, sin contar que todos estas substancias tienen efectos adversos negativos que pueden resultar peor que la enfermedad, y, lo más grave, ensayos clínicos realizados en China y recientemente en Francia  han sido difundidos, pero, no se recalca que son únicamente “ensayos” y que por lo tanto están todavía muy lejos de ser aceptados por la OMS, advirtiendo a su vez que en Francia ante las presiones se acepta el uso de la Hidroxicloroquina,  solo en casos muy especiales y con autorización médica. Se pregona también que, dentro de 2 meses, muy probablemente, se acabe todo, afirmación del todo falsa, cuando se conoce que una epidemia, y aún más viral, requiere de mucho tiempo para que desparezca el agente causal: el virus.

Resultado de lo comentado: caímos en la desesperación, confusión, aceptación, imprudencia y hasta en la injusticia de acapararse unos pocos, de muchos de los insumos, productos farmacéuticos, alimentos, hasta de papel higiénico, por parte de asustados, desesperados y hasta avivatos.  ¿Culpables?  Acaso muchos contenidos de las redes sociales que por el bien de todos deben ser regulados. (O)