María Angélica Orellana, neumóloga que no ve a su familia por estar con pacientes Covid-19

Como neumóloga, sabía que le tocaría integrar el equipo en primera fila para luchar contra la pandemia y así fue.

La neumóloga María Angélica Orellana, haciendo un corto paréntesis a su labor con los pacientes COVID 19.(XCA)

Por Aída Zhingre

«No hubo disposición, era mi campo, mi obligación porque el COVID-19 es parte de las enfermedades respiratorias. No se me exigió, sabía que me tocaba”, expresa la médica María Angélica Orellana, especializada en España en neumología, una de las soldados que atiende directamente a los pacientes portadores del coronavirus.

El 15 de marzo, estuvo en el grupo que recibió a la primera paciente y desde entonces no ha parado. Ya son 25 días que no ve a su familia.

“Veo que es una ventaja haber estado soltera, y poder mantenerme aislada para cumplir mi labor profesional. Coincidencialmente hasta de mi novio me separé. Mi preocupación por ahora es sólo mi gatito, que no sé si tiene coronavirus o no”, dice mientras sonríe.

Opina que todos estamos en un nivel de paranoia, y mucho más los pacientes cuando se enteran que son positivo. Se asustan, pero cuando se les explica el tratamiento y ven su evolución, recobran el ánimo.

Ella hace turnos de 12 horas diarias y sale a descansar en la noche. Su vida cerca del Covid-19 le ha significado un vuelco a la vida: no ve a su familia, sus horarios de comida y dormida se han modificado, el aislamiento que implica casi no tener contacto con nadie, para evitar contagios.

Momentos satisfactorios los vive cuando ve mejoría en sus pacientes y más cuando les da de alta. “Para mí un paciente es mi vida, es un reto en el que pongo todo para encontrar esa nueva oportunidad de vivir”.

Dice haber sentido mucha tristeza al ver morir a alguien, pero a la vez tranquilidad porque está segura de haber hecho todo lo que se pudo. ¿Puedo decir malas palabras?, pregunta y sonríe cuando intenta decir lo que significa para ella el coronavirus.

“Es lo peor que nos pudo pasar, por la pérdida de vidas; pero la parte buena es que las personas se dieron cuenta que hay que ser más humanos y que lo más importante es tener un plato de comida, la salud y la familia, creo que la gente se concientizó de lo que realmente vale la pena”

Encuentra una ventaja en el tratamiento del Covid-19: se lo puede hacer con medicamentos bastante comunes y que se ha tenido a mano porque se han venido utilizando con frecuencia. Ella se preparó leyendo artículos sobre los primeros casos en China, en diciembre, cuando aún no se sabía qué era y se llamaba a la enfermedad, “neumonía atípica”.

Las redes sociales para esta médico han jugado un rol muy negativo en el tratamiento de esta enfermedad, por su mal uso, se ha violado el derecho a la privacidad, se han publicado fotos, videos y se han emitido comentarios de lo peor, cuando el paciente lo que necesita es ánimo, calma y sentirse apoyado por su familia y la comunidad.