John Machado 

La capacidad hospitalaria, el número de unidades de cuidados intensivos, la atención en salud, la dinámica social, el número de contagios, los casos descartados y recuperados son los indicadores para pasar o no de un color a otro en el semáforo de distanciamiento.

El alcalde Pedro Palacios, encargado de tomar hasta el viernes una decisión sobre qué semáforo se aplicará en Cuenca, insiste en que la falta de información le impide adoptar una posición.

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Su justificación es cierta. Hasta la tarde de ayer martes el Ministerio de Salud Pública (MSP) aún no remitía a cada cantón las cifras detalladas de contagios, pacientes recuperados y defunciones por coronavirus.

Rojo

Los indicadores en que Cuenca muestra color rojo son por ahora dos: la dinámica social y el número de contagios. El primero por un incumplimiento generalizado de las medidas de aislamiento y el segundo por la falta de información. En cuanto a la dinámica social, el alcalde Palacios informó que unas 2.500 personas han sido sancionadas en Cuenca por evadir las restricciones de movilidad y unos 400 vehículos se han retenido por mal uso de salvoconductos.

A esto se suma el hecho de que el sector productivo va retomando sus actividades de forma clandestina debido a la necesidad de recursos económicos.

«La capacidad hospitalaria, el número de unidades de cuidados intensivos, la atención en salud, la dinámica social, el número de contagios, los casos descartados y recuperados son los indicadores para pasar o no de un color a otro en el semáforo de distanciamiento».

Ayer martes la Gobernación del Azuay se vio obligada a suspender actividades en peluquerías, tiendas de celulares, tapicerías y otros comercios que trabajaban sin permiso, así como ventas informales en calles y aceras.

Carlos Delgado, artesano, indica que varios de sus compañeros están laborando en sus talleres a puerta cerrada “para llevar algo de comida a la mesa”. La situación económica, asegura, “es más angustiante que el coronavirus”.

Por otra parte, las cifras sobre contagios no son claras y no existe un parámetro claro de medición desde el MSP.

Así, por ejemplo, en el Azuay durante los últimos cuatro días de registro las cifras pasaron de 285 a 449, luego a 314 y ayer lunes se registraron 426 contagiados. De acuerdo con la Coordinación de Salud, esto se debe al trabajo de actualización de datos que se sigue desde el viernes anterior.

«2.500 personas han sido sancionadas en Cuenca por evadir las restricciones de movilidad y unos 400 vehículos se han retenido por mal uso de salvoconductos».

Aunque las pruebas aplicadas no son un factor para determinar el cambio de semáforo, el prefecto Yaku Pérez sostiene que para tener una idea real de contagios, los exámenes deben cubrir al menos al 10 % de la población, esto significa unos 85.000 test en el Azuay. Al momento se han aplicado 2.764.

Verde

Cuenca no ha vivido hasta ahora una saturación de su sistema de salud. Hay unas 120 camas para pacientes con coronavirus y 27 espacios en UCI. La demanda es de 17 atenciones, de las que 13 requieren cuidados intensivos, una cifra que fluctúa a diario.

De acuerdo con Luis Mario Tamayo, director médico de la clínica Santa Inés, la capacidad de atención sanitaria en Cuenca es buena, pero si el regreso a las actividades no se da de forma ordenada el sistema puede colapsar.

Otro indicador en verde es la atención de emergencias. El registro de alertas pasó de más de 200 diarias entre el 18 y el 20 de marzo a diez por día en la  última semana, informó Alfredo Medina, coordinador del ECU 911.

«En el Azuay durante los últimos cuatro días de registro las cifras pasaron de 285 a 449, luego a 314 y ayer lunes se registraron 426 contagiados».

En Cuenca, 76 pacientes se han recuperado del coronavirus, y aunque la cifra de descartados para el cantón es desconocida, en el Austro el 79 % de pruebas han dado negativo, según la Coordinación de Salud.

De acuerdo con el Registro Civil, 238 decesos se han presentado en el Azuay en lo que va de este mes, mientras que el año anterior a esta fecha había unas 290 muertes, incluyendo seis por crímenes y nueve por accidentes de tránsito.

De acuerdo con el concejal Alfredo Aguilar, ante este panorama “no podemos y no estamos listos ni preparados para un cambio de color de semáforo, pero tampoco podemos pensar siquiera vivir en eterna cuarentena por las consecuencias sociales y económicas que esto puede traer”.