Asumir la culpa

Josefina Cordero Espinosa

OPINIÓN|

Creo que a la conciencia individual se llega descifrando signos en esa cadena que nos ata al destino, buscando la verdad existencial que se haya en lo hondo de uno mismo con esos conceptos subjetivos acumulados desde lo que está más allá del tiempo y del espacio, nociones que desgranan recuerdos, sentimientos y pasiones que se mezclan con el entorno y con la herencia de los antepasados, provocando lo que afirmaba Marañón: “Dar una segunda vida a las sombras del pasado”.
El entorno no es solo la naturaleza, la madre tierra, los mares y los ríos, el paisaje o el clima que genera, perjudica o favorece la manera de ser de las personas, sino también el comportamiento individual que se vuelve colectivo para desenvolverse dentro del medio, como usos y costumbres para disfrutarlo, evadirlo o resolverlo, afrontando incluso lo que ya está al margen de la vida.
La conciencia entonces es aquello interno que permite valorar lo bueno y lo malo, lo justo y los injusto, conecta lo individual con lo colectivo y con la naturaleza, haciendo de cada uno un todo. ¿Por qué nos descuidamos de proteger lo que es parte de nuestra realidad: el prójimo y el medioambiente?
Es hora de que cada persona se examine y tenga el coraje de asumir su culpa en lo que ocurre actualmente en nuestro mundo. (O)