Rincón, arrinconado

Gerardo Maldonado Zeas

OPINIÓN|

A Juan Sebastián Roldán pueden no apreciarle una buena cantidad de ecuatorianos, y están en su pleno derecho. Pueden inclusive juzgarle por sus actos políticos, su pasado de apoyo a Correa en aquellos años, cuando un sinnúmero de sus seguidores, no sabían de las intenciones escondidas del hoy sentenciado.

Para algunos medios de comunicación entrevistar a Roldán podría ser molestoso y hasta controversial, sea por el lenguaje de sus gestos, la entonación de su voz, la forma como interpreta las preguntas, y el sentido de sus respuestas. Pero en este tiempo de COVID-19, muchos ciudadanos reconocen su trabajo en territorio, y eso se debe respetar.

En cambio, ver a Fernando Rincón en su papel de inquisidor, me recordó el rol de los medios de comunicación y los entrevistadores, después del atentado de Bin Laden a las torres gemelas en 2001, y el debate sobre la prudencia para comunicar las desgracias, el respeto a quienes comparecen a dar información, o simplemente a exponer un punto de vista. Aquel fue un tiempo difícil, tanto o menos que el actual.

Roldán acudió a un monólogo sesgado y ofensivo. Rincón, había ya volcado su furia y ego de capataz contra la ministra Romo, para forzar la atención a la hora triple A en la cual la sociedad hispana es fácil presa del sensacionalismo, cuando ciertos canales de TV abordan los temas más complejos desde el morbo y el afán comercial. Umberto Eco preguntaría «¿cuántos se quedaron en casa irritados y con el televisor a todo volumen?»

La realidad de Europa por el horror del COVID-19 es quizás más grave que la del Ecuador, pero CNN no ha maltratado a nadie de esos lares. El libreto creado por Rincón, fue montado para dejarse observar en toda su capacidad de amo y señor del tiempo, y de la cadena a la cual representa. Sin darse cuenta, sus repetidas alocuciones de prepotencia en contra de los voceros ecuatorianos del gobierno han unido a varias tendencias, algunas de las cuales hasta reniegan del apoyo al presidente, pero exigen respeto al Ecuador, y arrinconan a Rincón. (O)