Muchas investigaciones científicas se publican mal o con poca transparencia

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Muchos artículos científicos se publican de manera inadecuada y no cumplen las condiciones exigidas por la comunidad científica para comunicar los resultados de las investigaciones, según un estudio publicado en ‘Journal of Clinical Epidemiology’.

El trabajo, en el que participó la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), es una colaboración internacional liderada por el Ottawa Hospital Research Institute y la EQUATOR Network.

Para hacer el estudio, los investigadores analizaron una muestra aleatoria de doscientas publicaciones científicas de diferente tipo (cincuenta sobre ensayos clínicos, cincuenta sobre investigaciones en animales, cincuenta sobre revisiones sistemáticas y metaanálisis, y otras cincuenta sobre evaluación económica).

Según los resultados, el cumplimiento de las guías que rigen la comunicación y publicación de las investigaciones científicas es más alto en el caso de los ensayos clínicos: dos de cada tres estudios analizados en este ámbito (el 64%) cumplen los requisitos exigidos por la Guía CONSORT de manera correcta e informan bien de los métodos y los resultados.

Sin embargo, este porcentaje es mucho más bajo en el caso de las revisiones sistemáticas y los metaanálisis (que analizan el conjunto de estudios ya publicados previamente), que cumplen con la Guía PRISMA solo en el 22% de los casos (11 de 50 estudios).

En todo caso, un tercio de las publicaciones sobre ensayos clínicos y tres de cada cuatro revisiones sistemáticas y metaanálisis (que deberían permitir acumular el conocimiento disponible) no cumple de manera apropiada con las recomendaciones para una comunicación completa y transparente de los hallazgos científicos.

Además, el estudio considera «preocupante» el caso de otros estudios -como los que se refieren a modelos animales- y que solo un tercio (14 de 50) utiliza de manera apropiada la guía de referencia (ARRIVE) o las publicaciones sobre estudios de evaluación económica, que el 42% sigue correctamente las recomendaciones de la Guía CHEERS.

Según el español Ferrán Catalá-López, científico titular en el Departamento de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad y coautor del trabajo, suele haber problemas con la redacción y las citas empleadas por los científicos, y con la claridad con la que se exponen tanto la metodología (de manera que la investigación pueda ser reproducida) como los resultados.

«Las guías proporcionan instrucciones paso a paso para una buena presentación de resultados, incluidas la relevancia, la metodología, las conclusiones y la validez del trabajo», advierten Lisa Caulley y David Moher, primera firmante y autor principal del estudio, respectivamente.

Y aunque la transparencia «debe sustentar todo el proceso», el uso de estas guías por parte de los investigadores «varía de manera considerable, lo que puede limitar la capacidad para comprender y evaluar los méritos de la propia investigación», critican las autoras.

A la vista de estos resultados, sugieren que los científicos deberían realizar más formación específica sobre el uso apropiado de las guías para informar y publicar en un artículo científico los métodos y los resultados de una investigación correctamente. EFE