Solo somos médicos…

Hugo Lucero Luzuriaga

OPINION|

“Después de estudiar tantos años solo somos médicos, solo somos seres humanos que laboramos en busca de salvar vidas. No somos soldados para ir a una guerra y morir… ¡no! Somos seres que también tenemos familia a la cual diariamente vemos y abrazamos, posiblemente llenos de gérmenes adquiridos en nuestro trabajo, sin que nadie valore esto. No somos tan héroes, somos profesionales igual que todos, ¡quizá imprescindibles!, nos diferenciamos por la naturaleza de nuestro trabajo y su enorme responsabilidad, ni mejor, ni peor, sino una profesión diferente”. Estos son algunos pensamientos de médicos que están en la lucha contra la pandemia, a los que nos sumamos. Los médicos son profesionales que luchan a favor de la vida, todos los días, sin importar que noveleros e interesados los llamen súper humanos y hasta héroes. Los médicos, hoy, se desenvuelven casi en un infierno por salvar vidas, sin las correspondientes protecciones, ni las medicinas adecuadas, sin dormir las horas debidas, en un hervidero de virus ansiosos de arremeterlos, sin el estímulo correspondiente, mal pagados, mal tratados, en contraposición con los que gozan del poder, los compadrazgos y las amistades. Lo tristemente preocupante, es que se aprovechan de los médicos jóvenes, aquellos sin trabajo, estando de por medio una familia, para ingresarlo en la primera línea de lucha contra el virus, viviendo un drama a cambio de un mísero salario y con la alcahuetería de oportunistas aplausos que quieren justificar lo injustificable, una realidad durísima en que se desenvuelven los médicos del mundo y más específicamente los latinoamericanos, punto sobresaliente los ecuatorianos.

Solo decimos una realidad que resulta difícil digerirla por parte de las autoridades, y ni se diga de aquellos que viven de la corrupción, que parasitan poderes de gobierno, que rotan y se creen los imprescindibles, ante la paciencia, más que preocupante, del gobernante y sus amigazos, y ante una aterrada población que sigue sin saber por qué Dios les castigó con esta pandemia y Gobierno. (O)