Resistiré

Catalina Sojos

Recordamos la canción del Dúo Dinámico, allá en los años sesenta,
cuando nuestra ciudad no conocía la globalización y existía en una
especie de somnolencia adolescente. Pronto llegaría la migración a
otras tierras y todos los avatares a los que fuimos sometidos por la
política. Las guerras y los grandes acontecimientos planetarios nos
sumergieron en aquello que Bauhman llamó la modernidad líquida Nos
hemos convertido en seres alienados en el que la mentalidad de
desboque de rebaño nos obliga a acudir a la teta del consumismo sin
necesidad, insensibles al dolor ajeno y a los cuales no les importan
los lamentos y las cruces diarias de los otros. Médicos, enfermeras,
empleados sanitarios claman por un poco de piedad para que no salgamos
de casa; sin embargo, la clase consumista, el poder de la avaricia, la
droga del capital nos obliga a seguir saliendo de casa y demostrando,
como nunca, nuestro egoísmo e ignorancia. Lejos, muy lejos aquellos
cantos de sirena en los que nos mirábamos salvando el mundo
solidariamente. Hoy el lema es “sálvese quien pueda” y trasportamos el
virus alegremente. Una mascarilla de mezquindad cubre nuestro rostro y
tapamos los oídos para, supuestamente, no naufragar. ¡Pobres ingenuos!
no entendemos que al salir de casa estamos horadando el arca de Noé
que somos todos. Mientras tanto, aquellos que necesitan trabajar para
su subsistencia, se desploman en las calles. 03Definitivamente el COVID 19 ha sacado lo mejor y lo peor de nuestra naturaleza humana.