Cuentas claras

Juan F. Castanier Muñoz

OPINIÓN│

Las funestas experiencias de la década bailada, los contratos con Odebrecht, el tío Rivera, el primo Delgado, el gran hermano, los financiamientos de las campanas, los apagones en los escrutinios, los vuelos fantasma de los aviones presidenciales, los pativideos, las narcovalijas, la reconstrucción que les robaron a manabitas y esmeraldeños y un etcétera interminable, es más que obvio, que nos han dejado escaldados a la gran mayoría de ecuatorianos, ¡y no podía ser de otra manera!

Si a lo anterior sumamos los hechos recientes como la graciosa e inédita “concesión” de los contratos de los hospitales públicos a bandas mafiosas, los supuestos sobreprecios en kits nutricionales adquiridos por la mismísima Secretaria de Riesgos y, esto último parece un rezago de la década que sabemos, un manejo maloliente de ciertas compañías de seguros que de manera inexplicable, pero muy explicable por otro lado, han tenido el monopolio de los seguros contratados por el Estado.

Las nuevas disposiciones económicas impartidas por el presidente de la republica van a producir, según los kikuyos, alrededor de mil quinientos millones de dólares y entonces, nadie podrá reclamar a los ecuatorianos el que nos preocupemos, si esos dineros llegan a las arcas fiscales, cuál va a ser su fin y como su forma de manejarlo. Partiendo de que ninguna persona natural puede decidir sobre los dineros del Estado, las mismas autoridades en funciones, a quienes corresponda tal responsabilidad, deben hacer una presentación en la cual quede CLARAMENTE establecido como se van a administrar dichos fondos, a que sectores corresponde tal o cual rubro, cuales son los objetivos que se piensa alcanzar y cuáles van a ser los mecanismos de control.

Personalmente creo que la fase emergente de la pandemia en nuestro país se encuentra superada en alto porcentaje, por lo que no veo que la declaratoria de emergencia continúe manteniéndose indefinidamente. Recordemos que estas “declaratorias”, manejadas de manera inmoral por Correa y su combo, permitieron los contratos a dedo para “perfeccionar” los latrocinios que hoy avergüenzan al país.! …y chocolate espeso! (O)