¿Cómo evitar el contagio de coronavirus en el transporte público?

Los buses volvieron a dar servicio en Cuenca este lunes 1 de junio de 2020. El Mercurio

Redacción El Mercurio Web

CUENCA |

El recorrido de buses urbanos se reactivó en Cuenca este lunes 1 de junio del 2020. Este servicio estuvo suspendido por cerca de 70 días debido a la pandemia a causa del coronavirus.

A este sistema se suma el transporte parroquial, que empezó a funcionar la semana pasada, y el tranvía, que opera en modo de formación ciudadana también desde la semana anterior.

En Cuenca, el 60% de la población se moviliza en transporte público, según datos del Grupo de Investigación de Ciudades Sostenibles Llactalab, de la Universidad de Cuenca. Y alrededor del 30% se desplaza en vehículo particular.

Esa situación es similar en las principales ciudades de América Latina, en donde siete de cada 10 ciudadanos utilizan el transporte público como principal forma de movilidad, según datos del Banco de Desarrollo para América Latina (CAF).

Por esa razón las unidades de transporte público están entre las principales fuentes de contagio del coronavirus. El CAF identificó que hasta ahora en la región se han implementado tres grandes medidas para prevenir la propagación del virus.

La primera es limitar el número de pasajeros. “En un contexto con menos pasajeros esto puede manejarse relativamente bien, pero cuando se vuelva a una cierta normalidad se requiere aumentar el número de unidades en circulación en ciertos horarios y recorridos”, dice un informe del Banco de Desarrollo.


Las unidades de transporte público están entre las principales fuentes de contagio del coronavirus en América Latina. El CAF identificó que hasta ahora en la región se han implementado tres grandes medidas para prevenir la propagación del virus.


En Cuenca, esa medida sí se aplica. Mientras dure el semáforo amarillo, los buses pueden circular con el 50% de su capacidad. Esto quiere decir entre 20 y 25 personas por unidad. Mientras en el tranvía el aforo permitido es del 30%.

Sin embargo, el cumplimiento de esta disposición es un desafío. En la primera semana de circulación del tranvía los pasajeros reportaron aglomeraciones. Mientras en los buses urbanos, en este primer día, en un recorrido efectuado por El Mercurio en las primeras horas de la mañana, se constató que muchas unidades circulaban con pocos pasajeros.

La segunda medida tiene que ver con la reducción del contacto entre personas y entre personas y superficies comunes. En ciudades de Estados Unidos, en los buses se habilitó la puerta trasera para que el ingreso no cause aglomeraciones. También algunas ciudades han eliminado la interacción entre el pasajero y el conductor al momento de pagar el pasaje.

Cuenca tiene una ventaja en este sentido. El pasaje se cancela con tarjeta y no con monedas o billetes. Eso reduce el riesgo de contagio. Es importante desinfectar la tarjeta con frecuencia. Además, la Cámara de Transporte debe garantizar la disponibilidad de puntos de recarga de saldo, debido a que la pandemia alteró el funcionamiento de muchos locales.


«Si no puede evitar tocar las superficies, lávese las manos en cuanto pueda y no se toque el rostro en el trayecto. Al momento de descender de la unidad, puede tocar el botón de aviso con el codo».


Ciudades como Santiago de Chile y Buenos Aires no han reducido el número de pasajeros, pero aplican otras medidas, explica el informe del Banco de Desarrollo: “la desinfección frecuente de vehículos, estaciones y paradas, y la puesta a disposición de desinfectantes para pasajeros y empleados del transporte”.

Aquí la limpieza y desinfección de los buses es una condición obligatoria para que puedan operar. Los tranvías pasan por ese proceso después de cada recorrido y las unidades cuentan con los insumos como gel antibacterial.

La Cámara de Transporte de Cuenca tiene puntos de desinfección en el Hospital José Carrasco Arteaga, junto a la iglesia de Baños, en la gasolinera de Balzay, en Narancay y en las estaciones de transferencia de la Feria Libre y el Terminal Terrestre, refirió Manolo Solís, presidente del gremio.

A continuación una guía para usar el transporte público y evitar contagiarse:

 

La mascarilla y el gel desinfectante son indispensables

El lavado de manos es importante al salir de casa y al bajarse del bus. En caso de no tener a mano agua y jabón, utilice gel desinfectante o alcohol antiséptico. En una guía de la Universidad Espíritu Santo (UESS), de Guayaquil, los especialistas recomiendan llevar su propia botella de gel o toallitas húmedas.

La mascarilla es obligatoria. Úsela de forma correcta: que cubra la nariz y la boca, que esté limpia y evite tocarla mientras la lleva puesta.

 

Evite el contacto con personas y superficies

Mientras espera el bus o el tranvía, forme una fila ordenada manteniendo la distancia de al menos dos metros. Al ingresar a la unidad evite, en lo posible, tocar las superficies. En este punto es importante la corresponsabilidad de los conductores: deben esperar un tiempo prudente para que las personas accedan sin aglomerarse y evitando sujetarse.

Si no puede evitar tocar las superficies, lávese las manos en cuanto pueda y no se toque el rostro en el trayecto. Al momento de descender de la unidad, puede tocar el botón de aviso con el codo.

Respete la distancia al interior del bus. En el tranvía hay cintas de seguridad en los asientos y marcas en el piso para que sepa en donde ubicarse. Evite conversar con otras personas durante el viaje. No salude con la mano, de beso o abrazo.