La avioneta mal parqueada

Gerardo Maldonado Zeas

OPINIÓN|

Le vimos a “cromagñon” Adum débil ante el implacable requerimiento de la policía que le llevó a declarar. Hace más de 20 años, el prepotente ex ministro de Abdalá Bucaram, era un hombre intratable. Ahora sigue siendo más o menos igual. Con el argumento de que le “robaron” la avioneta, como si fuera una “bicicleta mal parqueada” pretende ratificar en sus adentros que los ecuatorianos somos verdaderamente pendejos.

Cuando la fiscal Diana Salazar hace su trabajo, y a quienes no les gusta su accionar para tratar de poner el orden, juntos Correístas, socialcristianos y amigos del PRE, hacen saramontón para “dignificarse” como perseguidos de la justicia.

Adum con Abdalá, deben responder por sus acciones.  Ahora en cualquier casa de habitación, se encuentren una gran cantidad de suministros médicos, y el loco que ama dice que “prestó” los espacios de su hábitat para “dar” guardando las cajas, del tristemente célebre Asar.

Los calladitos de siempre, los de la frivolidad con la clase política de este país, en su tibio accionar se vuelven intolerables, cómplices, y hacen creer que somos ignorantes y pasivos espectadores. La apetencia por lo “trucho” e indeseable sigue siendo el accionar del populismo, más rancio y nefasto del país.

Adum pide confesiones a un muerto, así de simple es el criterio infame de un hombre a quien le “robaron” la avioneta como si fuera una trama de una película con un guion novelesco y barato.

Este país ha llegado al colmo de soportar que atenten a su dignidad por generaciones. Antes el papá, ahora los hijos y saliendo bien librados, aparecerán los nietos, y sus amigos. Les han dejado campear, con una justicia tardada, indolente, muchos alegan que fácilmente transable.

Llegar a viejos con una saga de delitos, una vida llena de conflictos, reinando la mentira y el escondrijo permanente, como una receta de quienes conviven en este “paraíso” de la vida solitaria, está de moda. Ahora, el clamor a la “patria” es el pretexto para las dolencias de una clase populista, pérfida y malsana. ¡¡Estamos hartos!! (O)