Nuevas medidas COE

 EDITORIAL|                                         

 

En diversas ciudades y cantones del país, existe incomodidad inclusive protestas ante las últimas disposiciones del COE Nacional, emitidas en la semana pasada, que prácticamente sobrepasarían las normas convenientes respecto a la fase de “Semáforo Amarillo” en el distanciamiento producido por la pandemia.

No se explica por lo tanto, el hecho de que, en tanto epidemiólogos y médicos en general soliciten mantener el distanciamiento debido para evitar una mayor propagación del COVID -19, el COE Nacional más bien haga lo contrario, es decir abrir más las restricciones, por ejemplo, permitir reuniones de hasta 25 personas, apertura de cines y teatros con  aforo restringido, reducir el horario del toque de queda y permitir la circulación vehicular los días domingos, todo lo cual, a criterio de los especialistas, no resultaría aconsejable, cuando en ciudades como Cuenca, el ritmo de los contagios se ha incrementado en las últimas semanas y las camas hospitalarias y de atención emergente, se hallan al límite.

Ello permite suponer que, lamentablemente, no existió una adecuada coordinación entre el COE nacional y sus similares a nivel local en el país, antes de adoptar estas medidas que relajan el distanciamiento necesario, y que, eventualmente, pudieran provocar una nueva oleada de contagios en la pandemia, cuyas consecuencias inclusive pudiesen ser dramáticas. Quienes conocen mejor la realidad de sus territorios, son obviamente los COES cantonales, a los cuales evidentemente debería consultar el organismo nacional que resuelve sobre las medidas. La incomodidad que ha creado en algunos GADs municipales, tiene que ver con las circunstancias precarias de nuestro sistema de Salud, que precisamente con motivo de la crisis ha revelado sus graves limitaciones en cuanto a centros hospitalarios, equipos, médicos y auxiliares que no se abastecen para atender la demanda, no solo producida por el coronavirus, sino por problemas de salud en general. Quizá las últimas resoluciones del COE Nacional tienen más motivaciones políticas que estrictamente de salud.