Desconocer al Coronavirus

María Eugenia Moscoso C.

OPINIÓN|

Pensar que mi fortaleza y mi suficiencia impiden el acceso del Coronavirus a mi organismo, no es una verdad. El patógeno ingresó a los pulmones de Jair Bolsonaro y se instaló por tiempos, pese al quémeimportismo del Presidente del Brasil -que así lo exhibiera en semanas anteriores- e incluso el rechazo al uso de la mascarilla y al distanciamiento social. Brasil ha registrado lo niveles más elevados en la pandemia, con 1.500.000 millones de contagios, 63.000 fallecidos y 1.290 víctimas en las últimas 24 horas y una situación de descontrol general en el país. Ello deja una lección para el Presidente Bolsonaro: no puede mostrar escepticismo y rechazo. ¡El mal ha llegado y lo ha tomado prisionero al propio Presidente!

Es lamentable pensar que el poder los encarama a un sitial en donde creen ser dueños de todo y de todos, hasta de la salud, pero el Coronavirus toma prisioneros hasta a la gente más elevada y así pagó el Presidente del Brasil, su egolatría y su ensimismamiento.

Aspiramos que el COVID -19 deje una lección en el mundo. Uno fue el planeta tierra antes de la pandemia y otro, después de ella. Humildes y cuidadosos nos replantearemos nuestros errores y asumiremos nuevas posturas ante la naturaleza, a la que hemos agredido sin medida y al ser humano que demanda por una vida sin excesos y sin atropellos.  ¡La salud nos convoca, unámonos por el bien de la humanidad! (O)