Reestructuración de la deuda: «Comenzaron a celebrar antes de que la pelota estuviera en la red»

Foto cortesía de City Wired Selector

Redacción – Antonio Valdez

El medio británico especializado en economía y finanzas, Financial Times, ha publicado el extracto de una entrevista con Mike Conelius, quien administra la estrategia de bonos de los mercados emergentes en T Rowe Price y además es miembro del grupo UBS.

Conelius se ha referido a lo que ya se ha comprobado es un revés en la reestructuración de la deuda en Ecuador dado que algunos acreedores se resistieron al primer preacuerdo a través de una contrapropuesta. Conelius lo explicó diciendo que «comenzaron a celebrar antes de que la pelota estuviera en la red».

A principios de este mes, el Gobierno anunció un acuerdo provisional para recortar y extender los pagos con el respaldo de los titulares de alrededor de la mitad de sus bonos, incluyendo a ​​Ashmore y BlackRock, sin embargo algunos tenedores de bonos se opusieron a los términos del acuerdo que se presentó.



A principio de semana dos grupos de tenedores de bonos, uno aconsejado por UBS y BroadSpan Capital, y otro de tenedores de los bonos que vencen en 2024 presentaron una contrapropuesta pidiendo modificaciones que dijeron que obtendrían «el apoyo de una gran mayoría de tenedores de bonos».

La empresa francesa contratada por el Ministerio de Finanzas para negociar la deuda propuso a los tenedores de bonos una reducción del 9 % en los reembolsos de capital, ahorrándole a Ecuador USD 1.500 millones. Los grupos que se opusieron a ese acuerdo, que poseen entre el 25 y el 35 por ciento de los bonos, lo suficiente como para bloquear cualquier acuerdo, hicieron una contraoferta que vincula los recortes de pagos a Ecuador para llegar a un nuevo acuerdo de préstamo con el FMI.

Ademas propusieron que los pagos de intereses promedio serían del 5,8 % en comparación con el 5,3 % en el plan original. El ministro Richard Martínez aún no responde públicamente a la contrapropuesta. Conelius dijo que «los ecuatorianos estaban muy interesados ​​en dar la buena noticia de que tienen muchos tenedores de bonos que respaldan un acuerdo, pero necesitan más que eso».

Por otro lado, desde Amherst Pierpont, una corredora de bolsa especializada en renta fija consultada por Financial Times, se dijo que la aparición de un grupo acreedor minoritario con una contraoferta había hecho las cosas «mucho más complicadas», especialmente porque exigen criterios sociales y de gobernanza (condiciones macroeconómicas garantizadas por acuerdo con el FMI), además de una posible nueva emisión de bonos a largo plazo, y que esto sería «desviarse de una reestructuración típica».



La situación es complicada para Ecuador, que intenta mantener a los inversores internacionales de su lado prepagándoles en medio la pandemia, intentando negociar con los tenedores de bonos, y adicionalmente tratando de asegurar un nuevo acuerdo de préstamos con el FMI, reestructurar su deuda con China y acordar nuevos préstamos de los bancos chinos.

Hay que recordar que de la reestructuración de la deuda externa comercial por USD 17 mil millones, el 67 % responde a deuda tomada por la gestión Moreno, quien implementó un endeudamiento agresivo en tres años de Gobierno. Pero Conelius dijo que las negociaciones en curso todavía eran «constructivas» y que confiaba en que ambas partes podrían avanzar.

El economista Marco Flores estima que parte de la complicación surge porque el Ministerio de Finanzas no le dio el mismo trato a todos los tenedores de bonos y advierte que quizás darle trato preferencial a Credit Suisse y Goldman Sachs pagándoles en forma anticipada dos créditos está pasándole cuenta con el resto de los bonistas.

El fuego interno que ha tenido que soportar el ministro Martínez no ha sido poco, no tanto de los grandes medios de comunicación como de las redes sociales y la oposición política. Y sobre todo porque en medio de la pandemia pagó por adelantado operaciones REPO por más de USD 1.000 millones cuando muchos críticos argumentaron que debería incumplir y utilizar el dinero para combatir el coronavirus.