Guillermo Camacho: Empecé a jugar ajedrez en la cama de un hospital

El entrenador Guillermo Camacho, es además Licenciado en Cultura Física, y tiene dos hermanas, una se llama Taimy y vive en España, y Martha que reside en Cuba. Cortesía

El entrenador Guillermo Camacho, es además Licenciado en Cultura Física, y tiene dos hermanas, una se llama Taimy y vive en España, y Martha que reside en Cuba. Cortesía

Guillermo Camacho Martínez alcanzó el título de Maestro FIDE en 1998, pero recién en los últimos días recibió el diploma físico que lo avala como tal.

La alegría de tener esta distinción entre sus manos era como si recién hubiera obtenido dicho reconocimiento, a tal punto que compartió esta buena nueva con sus alumnos de Federación Deportiva del Azuay (FDA).

El estratega cubano -que reside en Cuenca desde el 2014 y tomó la batuta de su padre Guillermo Camacho Peñate, también Maestro FIDE que actualmente se encuentra jubilado- comparte que está a gusto en la capital azuaya, a la cual le considera su segundo hogar. Éste y otros detalles en la siguiente entrevista:

¿Qué representa el título de Maestro FIDE para un jugador?

El título de Maestro FIDE representa un logro importante para un jugador porque se debe alcanzar una puntuación mínima de 2.300 puntos en el ELO (ranking), lo que requiere de un gran esfuerzo, ya que se debe ganar muchas partidas y participar en varias competencias. Son muchos años de partidas en torneos nacionales e internacionales.

El ELO más alto que he tenido es 2.358, es decir superé la barrera para obtener este título muy importante como deportista y entrenador.

¿Qué se viene ahora, el título de Maestro Internacional y luego de Gran Maestro?

Sí. Pero el camino es largo y difícil, ya que en América se celebran pocos torneos de ajedrez y para ser Maestro Internacional y Gran Maestro se requiere se requiere 2.400 y 2.500 puntos, respectivamente, y cumplir ciertas normas (requisitos).

En Europa, concretamente en Barcelona-España, se celebran muchas competencias, en donde se puede alcanzar estos títulos.

Personalmente creo que tengo los conocimientos, pero se me hace difícil alcanzar estos nombramientos por la falta de recursos en este tipo de torneos. Otros maestros cubanos han tenido la oportunidad de viajar a Europa, costeándose ellos mismos sus pasajes, pidiendo dinero prestado, incluso.

¿Cómo te has adaptado a la ciudad en estos años?

Llegué en diciembre de 2014, voy para seis años en Cuenca. Gracias a mi padre estoy aquí porque él sembró las bases en Federación Deportiva del Azuay; además por mis logros personales y mi currículo.

Me siento feliz de vivir en esta tierra tan sana y tranquila, de gente buena que me ha acogido muy bien. Me he adaptado mucho a la cultura ecuatoriana en todos los sentidos.

Al principio fue difícil adaptarme a la altura, a veces incluso sangraba por la nariz, pero poco a poco mi organismo se ha ido acoplando.

A parte me siento feliz con mis alumnos y amigos, agradecido de la vida y con Dios de trabajar en Ecuador.

¿Y, en cuanto a la gastronomía ecuatoriana?

He probado el cuy y me encanta al igual que el mote sucio y el choclo con queso. También me gusta los encebollados. Todos los platos me parecen muy buenos, me gusta la sazón, a tal punto que he cogido un par de libras en Ecuador (sonríe).

¿Qué se extraña más de Cuba?

Los amigos, los vecinos, la familia, el entorno, el calor cubano; la comida, como las costillas asadas de puerco o cochino. Pero, sinceramente yo veo a Cuba y Ecuador como mis dos patrias y me siento bien en estos dos países.

También se extraña ver las partidas de ajedrez en todo lado. En Cuba se ha masificado mucho este deporte. Se juega en cada esquina de los barrios y en las escuelas; de hecho, está implantado como asignatura y se imparte clases a todos por medio de programas de televisión.

En Cuba no hay muchos juegos virtuales y redes sociales, por lo que los niños se dedican a otras actividades como el ajedrez, pese a que el Internet ha ganado espacio últimamente en los diferentes hogares, así, por ejemplo, tienes 30 horas (de navegación) por 15 dólares.

¿Vives solo en Cuenca?

No. Convivo con mi novia cuencana cerca de cuatro años. Gracias a Dios nos va bien, nos apoyamos mutuamente.

¿Qué actividades realizas en los tiempos libres?

Trato siempre de permanecer en paz y tranquilidad. Leo libros de ajedrez, pero también la Biblia.

De vez en cuando acepto la invitación de mis compatriotas que residen en Cuenca a fiestecitas, en donde se juega dominó, ajedrez; se toma un roncito, comparte picadas y se conversa de largo y tendido con la música cubana. También nos reunimos para jugar béisbol, pero la mayoría de veces prefiero quedarme en casa porque soy muy casero.

La mayor parte del día me paso estudiando ajedrez. En las mañanas preparo las clases que ahora son ‘on line’ y en las tardes imparto los conocimientos. A parte, trato de auto educarme en cuestiones técnicas y tácticas del ajedrez.

Los sábados, en cambio, nos reunimos con un amigo gringo en su casa para jugar partidas rápidas con mis alumnos.

¿Cómo nace tu afición por el ajedrez?

Nace cuando tenía 14 años, ahora voy a cumplir a 47. Recuerdo que primero me gustaba mucho el fútbol, hasta que tuve una fiebre reumática que me mandó directo al hospital de niños. Ahí prácticamente empecé a jugar ajedrez en la cama de un hospital, con el tablero y las fichas que me regaló mi papá.

El ajedrez me ayuda mucho porque te hace una persona muy responsable y te ayuda a tomar decisiones en la vida.

Luego participé en varios eventos nacionales en Cuba, en donde el nivel es muy fuerte, por lo que es complicado llegar al equipo olímpico. (JMB) (D)