Urge recordar, señor Alcalde IV

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

OPINIÓN|

Hoy concluyo los cuatro artículos destinados a llamar la atención sobre la ineludible protección de nuestras fuentes hídricas que, no lo dudo, señor Alcalde, le habrán causado muchas noches de insomnio al igual que a nosotros, los que sí nos preocupamos por los temas ambientales presentes y futuros. Y antes de que la entrevista realizada a usted por este diario el 28 de julio del 2019 pase a formar parte de los anales de la historia, urge recordar lo que usted expresó en ese día.

Entre otros temas, mencionó textualmente lo siguiente: …”nosotros hemos sido muy claros, no estamos a favor de la minería, estamos a favor del agua. La minería metálica lo que hace es contaminar el agua, nosotros decimos sí; cuidemos de que no se contamine, pero también cuidemos la cantidad de agua, cantidad y calidad. Y eso es algo más integral”… “Nosotros vamos a cuidar las fuentes de agua. Entonces puede haber minería y tiene que ser minería responsable pero no donde se crean las fuentes hídricas donde tenemos las esporas de las que vamos obteniendo la humedad, los humedales, los pajonales, allí jamás podemos permitir ningún tipo de minería ni siquiera la minería de áridos y pétreos. En ese tiempo el Prefecto dijo que conoce de algunos alcaldes que fueron presionados por el Gobierno Nacional. A nosotros no nos presiona nadie. El presidente y los ministros de Estado no viven en Cuenca y no saben lo delicado que es el tema de supervivencia de los cuencanos, así que mal podrían interferir sobre lo que nos compete a  los azuayos”…

Si tan solo aplicara esta última frase con respecto a la espera desesperada a la que le tiene sometido el COE Nacional para permitirle realizar los cambios que usted cree convenientes por causa de la pandemia, se lo agradeceríamos. Ya es hora de que se escuche la voz contundente de los azuayos así como lo hicieron recientemente los lojanos. No se amilane, nosotros lo apoyamos.

Volviendo al tema central de esta columna, respetuosamente le exigimos comprometerse públicamente a no entregar permisos a ninguna multinacional para la explotación minera en nuestros páramos, cuando así lo requieran. Evite caer en lo que dijo Tirso de Molina: “En las promesas almíbar, en el cumplimiento acíbar”.

No podemos sino esperar que guarde su palabra. Es su deber moral y cívico… (O)