En quien confía el país

EDITORIAL|

De acuerdo con los informes de opinión, la ciudadanía pierde aceleradamente la confianza en instituciones que son fundamentales para el futuro del país. Más del ochenta por ciento de los ecuatorianos dice sentirse pesimista y frustrado frente al futuro. En ese contexto la confianza respecto al gobierno es muy baja al igual que en instituciones importantes como el máximo organismo electoral o la función legislativa. Los partidos y los movimientos políticos están a la cola con indicadores de confianza de alrededor del cinco por ciento. Son porcentajes que muestran de cuerpo entero la casi nula confianza de la ciudadanía en buena parte de sus instituciones, lo cual es desalentador para el futuro del país.

Por otra parte, hay datos que señalan que hay instituciones en las que la ciudadanía sí cree y por lo tanto gozan de la confianza de la gente. La institución en la que más confianza dice tener la ciudadanía es la familia, núcleo fundamental de la sociedad. El noventa y seis por ciento cree en la familia y la valora. Fuerzas Armadas, con cerca del ochenta por ciento, la Iglesia con alrededor del setenta por ciento, son otras instituciones en las que la gente tiene confianza. No se trata entonces de un pesimismo, sobre todo. La gente es más selectiva de lo que muchos creen y tiene claro qué instituciones merecen su confianza y cuales han traicionado la misma.

Una de las funciones en las que menor confianza existe en este momento es en la función electoral. Desde los inicios del actual Consejo, las discrepancias internas y una serie de errores han puesto más dudas que certezas sobre este organismo. En esas condiciones las próximas elecciones se darán sobre arenas movedizas a menos que se den cambios profundos en la dirección del organismo. La Asamblea Legislativa está totalmente desprestigiada con diputados presos por corrupción. Todos estos factores explican el pesimismo que impera en el país.