Deserción en centros de formación artesanal

Ramas artesanales requieren práctica diaria, pero la coyuntura actual de la emergencia lo impide

Centro de Formación Artesanal Eloísa, rama de cosmetología. Foto Archivo. Cortesía

Por la pandemia no pueden dar clases presenciales ni prácticas, advierten la Junta y el Ministerio de Trabajo


Actualmente los Centros de Formación Artesanal en el país enfrentan una delicada situación debido a la emergencia sanitaria.  Todos dictan clases virtuales únicamente, nada es presencial ni con práctica, cuando la práctica diaria ha sido lo fuerte en esta formación.

Esta es una de las razones fundamentales por las que en algunos centros se registra un aumento de la deserción estudiantil, casi del 50%.

Estos centros (solo los autorizados por la Junta Nacional de Defensa del Artesano y el Ministerio de Trabajo) luego de una formación de dos años otorgan el Título Artesanal para Maestros de Taller.

Lenin Barba, presidente de la Comisión Interinstitucional de la Junta, confirmó que está en vigencia la Resolución 001 que regula los mecanismos para finalizar el proceso de formación y titulación virtual en estos Centros debido a la pandemia.

Tal resolución anticipa que en el siguiente quimestre las clases serán prácticas, pero todo dependerá de las circunstancias Covid-19 de ese momento.

Diferentes realidades enfrentan estas escuelas de formación artesanal

Mientras tanto, las clases virtuales son un problema para los Centros como el Eloísa, que desde hace 17 años forma en belleza y cosmetología.

Su administrador, Geovanny Iñamagua, recuerda que en promedio manejaban entre 150 y 200 alumnos entre las dos ramas y las clases prácticas ocupaban el 60% de la formación. Hoy al no haber práctica casi el 50% de las estudiantes se retiraron.

“Para nosotros si es un golpe más fuerte que el resto de instituciones porque en las ramas artesanales manejamos el 60% práctico, hay teoría pero lo más es práctica”, comenta.

En todo caso, en este Centro se han complementado para cubrir las horas faltantes, pero siempre queda la deficiencia de la práctica, dice Iñamagua por lo que pide a la Junta a aplicar la práctica el próximo quimestre.

Recuerda que este Centro, que cobra un mensual de 60 dólares al alumno, forma a maestros artesanos, cuyos títulos son bastante acogidos laboralmente, si el interesado “demuestra más de 3.000 horas prácticas puede sacar su licencia y trabajar en el exterior sin problema”.

Centros que trabajan sin el apoyo institucional, sino de forma independiente

Para Edgar Suquisupa, director del Centro de Formación Artesanal Continental, con doce años de carrera en corte y confección, jefatura de cocina, belleza y cosmetología, el sistema virtual no ha originado retiros, sigue con 180 alumnos.

Pero reconoce “tal vez un poco de práctica nos hace falta, pero los alumnos tienen familiares que también conocen el oficio y les ayudan; y, siempre están bajo la dirección del docente (diez profesores) en el mismo horario de antes”.

A criterio de Vicente Ortega, director del Centro Artesanal Juan 23, que surgió como academia hace 54 años, la valía de estos centros es fundamental, acoge a personas de diferentes recursos económicos y les da un título con el cual son capaces de montar su propio emprendimiento.

Esta escuela, que forma en corte y confección y belleza, también registra deserción de estudiantes, hoy tienen 96 alumnos.  Han tenido que reorganizar todas las materias y reajustar la carga horaria en asignaturas de diez, quedan ocho.

Como estrategia indica que bajaron el costo de la siguiente matrícula de 45 a 40 dólares y la pensión a 38 dólares.  Esta entidad se financia sola “no hay institución alguna que nos de un solo lápiz”.

Varias exalumnas han logrado convertirse en dueñas de sus propios talleres, en donde hoy la mayor cantidad de clientes van a componer ropa, en lugar de hacerse nueva

En el Centro de Formación Artesanal San Vicente de Paúl, con 60 años de creación, su directora Zaida Serrano confiesa las clases virtuales “no nos favorecen mucho” debido al esfuerzo del alumnado en comprar una computadora y contratar internet.

Sin embargo, salen adelante, esta Escuela les cobra una pensión mensual de 20 dólares a fin de apoyarles, pues es una obra social para formar en corte y confección y belleza.  El nuevo año empieza a medianos de octubre de 2020, hace un llamado para que se inscriban.

Centro de Formación Artesanal San Vicente de Paúl, en una graduación. Foto Archivo. Cortesía

Este Centro es auspiciado por la Asociación Señoras de la Caridad, que solventa todos los gastos.  Hacen un seguimiento de las graduadas y tienen el registro de que les va bien, algunas exalumnas son dueñas de talleres de corte.  Y algo anecdótico, dice, hoy les va mejor arreglando ropa que confeccionando nueva. (I)


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