Estampida

Catalina Sojos

Y el COE nacional abrió, nuevamente, las compuertas. Y allá va el rebaño a llenar las playas en el afán de no perderse el último feriado de sus vidas. Ya se acabó la ola de graduaciones en la sierra, por ello el semáforo cambió para un momentáneo descanso de los médicos. Ahora hay que llenar los hoteles para, en quince días, volver a rellenar los hospitales. Y el rebaño obedece, se siente liberado, imagina que el virus acabó y olvida la pandemia. Y es que hay que reactivar la economía y para ello, la ignorancia es indispensable. No, amigo lector, no se trata de vivir presos en nuestras casas, sólo es un intento de reflexionar sobre la manipulación que hacen las autoridades y el doble lenguaje del miedo. Definitivamente esta época nos obliga a repensar el manejo de la crisis que, cada día, adquiere mayores tintes socio políticos y menos intereses por la salud poblacional. Nunca como hoy, la necesidad de una conciencia individual clara, disciplinada, lógica. Nunca como hoy para reconocer que cada uno es el responsable de su vida y de la salud de sus familiares y amigos. Ya lo dijo Erasmo de Rotterdam “más vale prevenir que curar” sin embargo las tentaciones insisten para provocar mayores caos que, en círculo vicioso, regresan una y otra vez para enlutarnos bajo la lupa de aquellos que manejan el país y su miseria. (O)