OPINIÓN|
Amigo no es el que te quiere hoy y mañana no, es el que a pesar del tiempo, la distancia, el credo o el color, siempre te quiere bien».
Esta cita anónima se refiere a la idea de que aún en las cenizas de la muerte los amigos que se nos adelantaron nunca tocarán las puertas del olvido.
El amor, la sinceridad, son más fuertes que el tiempo y las distancias que solo asoman con crueldad, cuando ellos huyen y dan paso a la ausencia minando los recuerdos.
la distancia existe cuando lo inexorable del tiempo cambia la faz de los seres y de las cosas. El campo que amamos, ahora ajeno; los caminos que recorrimos cuando niños, hoy cerrados; el viento que en el alero de la casa era musical, callado; la ciudad en que vivimos, sus zaguanes tachonados de piedras como estrellas caídas del firmamento, transformados en vitrinas; solo la imagen de los padres es firme en el alma y nunca borró la distancia, pues cumpliendo su sagrada misión de formar a los hijos, los educaban con amor, los disciplinaban con prudencia, los aconsejaban y dirigían con rectitud; eran los amigos atentos en cualquier instante, velando siempre por su felicidad; amigos francos, no condescendientes, sin disfrazar la verdad, dando su hombro para la risa o el llanto, sus manos y su corazón para alentar en las caída o festejar los triunfos.
Sabia es la sentencia »Quien bien te quiere, te hará llorar». (O)
