Dispersión política electoral

Carlos Castro Riera

OPINIÓN|

De la concentración del poder durante diez años en manos de un partido político dominante, con todo lo que significa esa categoría en la sociología política, se transitó a un proceso de dispersión política que continúa en el actual proceso electoral evidenciándose una crisis de representación social y por lo tanto dificultades para consolidar la hegemonía política en el país.

En la llamada derecha del siglo XX se hacen presentes varias candidaturas que significan más de lo mismo, es decir, una propuesta política más o menos neoliberal y más o menos populista, con personajes trajinados en la vida política nacional que harán de la primera vuelta electoral una especie de elección primaria para luego reagruparse en la segunda vuelta electoral.

En cambio, en la llamada derecha del siglo XXI el correísmo intenta candidatizarle a Correa a la vicepresidencia detrás de un “candidato pantalla” a la presidencia alquilando un partido político y con el mismo disfraz ideológico progresista que nos recuerda un régimen de autoritarismo y corrupción.

Igual dispersión existe en el ámbito del llamado centro político (más o menos a la izquierda o a la derecha), donde hay algunos candidatos con posiciones ideológicas que van desde el liberalismo radical democrático hasta tintes socialdemócratas. Quienes impulsaron estas candidaturas en la práctica no hicieron esfuerzos para consolidar un frente de centro izquierda, pero también desde las izquierdas no se tuvo la convicción de avanzar en esa dirección.

En el caso de la candidatura presidencial proveniente del sector indígena, si bien es una novedad histórica, sin embargo, surgió con contradicciones internas que lesiona su legitimidad y un feo tropiezo en la selección de la candidatura a la vicepresidencia, situaciones que de no resolverse, debilitarían al movimiento indígena y podrían quebrar a uno de los bastiones fundamentales de resistencia a la consolidación del dominio neoliberal en una época donde se necesita una gran unidad social para resolver la crisis fiscal,  económica y sanitaria resguardando las ya debilitadas condiciones de vida del pueblo, y enfrentar las tendencias privatizadoras del patrimonio nacional, la afectación a los derechos económicos, sociales y de la naturaleza. (O)