En Cuenca, las clases se mantendrán en la virtualidad

El dilema de reanudar las clases presenciales en Ecuador continúa. A pesar de que el Comité de Operaciones de Emergencia nacional dio paso a los planes piloto para que las instituciones educativas, con ciertas limitaciones, puedan recibir a estudiantes, una gran parte de la población rechaza la decisión.

La negativa empezó con los COE cantonales: primero fue el de Guayaquil, en donde se tenía planificado reabrir dos centros educativos.

La alcaldesa Cynthia Viteri aseguró que no se permitiría la reapertura de ningún establecimiento, y llegó a decir irónicamente, en una entrevista con los medios guayaquileños, que si no se podía controlar a los piojos, mucho menos al COVID-19.

El segundo COE en pronunciarse fue el de Cuenca. El 21 de agosto, el alcalde Pedro Palacios dijo que no habrá planes pilotos ni se reactivarán las actividades educativas presenciales en el cantón por la emergencia sanitaria que todavía se mantiene.

Ante el rechazo, por su parte, la ministra de Educación, Monserrat Creamer, explicó que las escuelas volverán a funcionar “cuando las comunidades estén de acuerdo, cuando sus respectivos Comités de Operaciones de Emergencia estén de acuerdo”.

Es decir, sin consenso, las clases continuarán llevándose a través de la virtualidad en las instituciones y familias que cuentan con las conexiones idóneas, mientras que, en los hogares que no tengan internet seguirán recibiendo las fichas pedagógicas que entregan los distritos de Educación de cada cantón.

¿Qué pasa en Cuenca?

Hasta ayer no se había presentado ningún plan para el retorno progresivo a las clases presenciales debido a que el COE cantonal de Cuenca dijo que no se daría paso a ello.

Y aunque en algunas instituciones se analiza cómo podrían recibir estudiantes en los centros de educación, por lo pronto, y por lo menos, la Federación de Establecimientos de Educación Católicos del Azuay (FEDEC) empezarán las clases virtualmente.

“Por el momento no vamos a tener ningún plan piloto. Esas son las conversaciones que estamos teniendo hasta el momento”, dijo Ricardo Orellana, presidente de la FEDEC de Azuay.

Orellana enfatizó que, si bien la decisión es en general, los integrantes de la federación tienen su autonomía para establecer un plan piloto y presentarlo con el objetivo de recibir a estudiantes.

“Una gran parte de los establecimientos de la FEDEC, como el Borja, el Técnico Salesiano, la Salle, las Catalinas, cuentan con los suficientes espacios para albergar a los estudiantes por grupos, por turnos, pero es una situación sumamente delicada porque un niño o profesora se infecte”, agregó Orellana.

Doble trabajo

De darse el retorno progresivo a clases, la ministra de Gobierno, María Paula Romo, dijo que las familias serán quienes decidan si envían a sus hijos a los centros educativos. El regreso no será obligatorio. Y esto supone otro problema para los profesores.

En los centros educativos particulares, según el presidente de la FEDEC, es insostenible pagar a los profesores para que den clases en línea y den clases en los establecimientos. “Es lo uno o lo otro”, dijo.

Un docente del sistema fiscal, que prefiere mantenerse en el anonimato, explicó que es “casi imposible” llevar dos modalidades para el grupo que no quiera asistir a las clases presenciales y prefiera mantenerse en la virtualidad, y para el grupo que sí acuda.

“Sería preparar dos clases para una misma aula. Y ya de por sí nos redujeron el horario de trabajo. ¿En qué momento preparamos las clases?”, dijo. (I)