Siguen los prófugos

Eliécer Cárdenas E.

  OPINÓN|                                        

_ Aunque las fronteras terrestres permanecen cerradas, los aeropuertos vigilados, algunos sindicados en el Caso Sobornos, siguen fugando del país.

_ No creemos que aquellos prófugos recientes hayan abandonado el territorio nacional cruzando el río Carchi, como lo hacen los pequeños contrabandistas de gas doméstico y gasolina, ni que tampoco hayan cruzado a pie las pestilentes aguas del canal internacional de Huaquillas para adentrarse en el vecino país del sur.

_ Lo raro es que, a quince días de la presunta fuga de estos personajes, recién se haya reportado que por varias ocasiones ya no se presentaron ante los respectivos jueces, ante los cuales semanalmente debían comparecer.

_ ¿Qué pasó? ¿Se “durmieron” acaso los controles de los sindicados? ¿Hubo alguna clase de magia para que los inculpados que abandonaron recientemente el país, salgan de este en alguna alfombra mágica, al estilo de las “Mil y una noches”, o tienen alguna tecnología extra planetaria que los transporte, en cuestión de segundos, a “paraísos de prófugos” de la denominada “Revolución Ciudadana”?

_ Pero la ex ministra de Transporte y Obras Públicas, también hace poco sustraída de la acción de la justicia, casi no necesitó mover los pies, porque le bastó caminar hasta la embajada de la República Argentina en Quito para solicitar asilo, el cual de seguro le será concedido por el gobierno de los Fernández, que por razones supuestamente ideológicas, considera a todo el conjunto de enjuiciados y sentenciados por presuntos casos de corrupción como “perseguidos políticos”, cuando en realidad son políticos perseguidos por la justicia ordinaria, elemental diferencia que en estos tiempos pretende eliminarse por los intereses de ciertos regímenes que se consideran a sí mismos “buenos”, sin reparar en que sus propios pueblos sufren las consecuencias de sus “bondades”, caso Venezuela, por ejemplo.

_ Casi todos los sentenciados del Caso Sobornos, se encuentran tranquilos fuera del país, con total impunidad. Así vamos. (O)