Doctrinas

Andrés F. Ugalde Vázquez

OIPINIÓN|

Ni el más doctrinario de los ideólogos podría negarlo. Las experiencias del socialismo han estado, desafortunadamente, ligadas a los grandes despotismos de la historia. Y esto dicho por un hombre de izquierda que sin embargo, difícilmente olvidará aquel lejano noviembre del ochenta y nueve cuando miles de alemanes cruzaban hacia la libertad por sobre los escombros del Muro de Berlín.  Ni podrá negar la masacre de la plaza de Tiananmen con la que se inauguró la dictadura comunista en la China o, ya en los noventas, la imagen del enfermo y oxidado Politburó que precipitaba la caída del gigante soviético bajo el peso de la Perestroika.

Sin embargo ¿fue realmente el socialismo el responsable de la tragedia? No olvidemos que su caída no siempre ha dado paso a días mejores ¿Superó Rumanía al funesto Ceaucescu bajo el peso aún mayor del oscuro Consejo de Salvación? ¿No habrá suspirado Nicaragua por Sandino bajo las oscuras alas de Somoza?

Es verdad que millones han muerto bajo los regímenes comunistas, como es verdad que otros tantos han muerto bajo las largas noches capitalistas. La crueldad sin nombre de Pinochet en Chile, Papa Doc Duvalier en Haití, Noriega en Panamá o Stroessner en Paraguay. Los genocidios innombrables de Videla en Argentina y el Generalísimo Franco en España ¿El factor común? Ciertamente no será la tendencia política cuanto sí lo es el desprecio por la democracia. Bien sabemos que la tortura y la persecución no responden a ninguna ideología así como el irrespeto por los Derechos Humanos no milita en ningún partido. ¿Deberá entonces erradicarse socialismo? ¿El capitalismo entonces? Pues, la verdad es que, si nunca he confundido una ideología con el cielo, no lo empezaré a hacer hoy con el infierno.

Socialismo y Capitalismo son nada más que modelos teóricos. Esquemas que, gradualmente, se han bifurcado hacia posturas más modernas como el liberalismo o la social democracia. Posturas que defienden la democracia y respetan el Estado de Derecho mientras mantienen viva la memoria de las grandes ideologías y la cultura política que evitará caer en innecesarias generalizaciones u olvidar las lecciones del pasado. (O)