Poesía de una Nobel

María Eugenia Moscoso C.

OPINIÓN|

Louise Glück, oriunda de New York y receptora de algunos reconocimientos, acaba de hacerse acreedora al Nóbel de Literatura 2020. Ella reconoce que escribe poesía, para escuchar “la otra voz”, es decir, aquella voz que corresponde al sujeto lírico. Adviene, entonces, el “otro yo”, incurso en el texto poético. Surge una presencia muy fuerte que, como motor de la creación, fustiga al poeta en la construcción del lenguaje poético. Glück, mujer de enorme sensibilidad, aprehende el tiempo y la naturaleza, como ejes articuladores de su poesía, los mismos que, permanecerán habilitados por su esencia -la del sujeto lírico- cuya voz se destaca con fuerza arrolladora e intenta evadir la idea de “objetos”, para reemplazarlos por presencias”.

Escritora de larga trayectoria y producción, con más de una decena de libros publicados con la Editorial Pre-textos, que ella misma propulsara. La crítica ha sido muy favorable con su obra poética y, por ello, ha alcanzado el más elevado reconocimiento a su producción literaria. Desde 1901, año de la instauración del Nóbel, en la Academia sueca, 14 mujeres han recibido este premio y solo Gabriela Mistral, en 1945, ha sido la única escritora latinoamericana, que lo ostentara. (O)