Otra vez Iza

Gerardo Maldonado Zeas

OPINIÓN|

La manifestación de odio de ciertos dirigentes indígenas encabezados por Leonidas Iza con la ciudad de Quito, provocaron acciones como el intento de daño a la escultura de Isabel la Católica, el lanzamiento de pintura y huevos, y agresión a la policía.

Si ellos estuviesen consientes que estas actuaciones generan un malestar general en el país, entenderían que el otrora movimiento indígena de diálogo con dirigentes prestigiosos como Luis Macas y Nina Pacari, y su prudencia para manejar los reclamos propios de sus comunidades, ha perdido completamente el norte.

¿Qué quisieron demostrar? Si fue la “celebración” por el día de la raza y el aniversario de las atrocidades vandálicas de octubre de 2019, esos días funestos que le costaron al país miles de millones de dólares, su iniciativa quedó pésima. Sus proclamas separatistas, se han convertido en declaraciones que dividen a los ecuatorianos, y la esencia de su discurso es propia de un pensamiento de toma de armas, y ataque a bienes públicos como ya ocurrió cuando destruyeron la Contraloría. Varias iniciativas ciudadanas ya se manifestaron para rechazar estos actos, inclusive con denuncias penales, ante el silencio de las autoridades de Quito.

Mientras de parte del gobierno se busca armonizar el diálogo, a una fracción importante de la CONAIE, le importe muy poco la unidad nacional; inclusive en su propio candidato Yaku Pérez, que esta vez no salió a manifestarse por estar en campaña, el efecto negativo en la aceptación de su candidatura, ha quedado demostrado en los últimos días. Con así amigos para que se necesita enemigos, dirían los ecuatorianos.

Las próximas horas en la cuales se profundizarán las manifestaciones e intervenciones de los candidatos y dirigentes indígenas, y de aquellos que buscan con el lastimero programa populista volver a engañar a los electores, serán cruciales para los votantes quienes debemos asumir con mesura e inteligencia nuestras decisiones frente a las urnas, sabiendo que el respeto a los bienes públicos es absolutamente innegociable. (O)