A las urnas

Luis Ochoa Maldonado

OPINIÓN|

Tenemos en nuestro yo la facultad sensible de desear lo mejor para nuestras familias y comunidad, así no sucedan en los posterior, como muestran las veces que nos hemos acercado a las urnas, cuando los ofrecimientos de los antes candidatos han quedado alejadas de la realidad, por ejemplo la promesa de cirugía mayor contra la corrupción, que más bien ha llegado a limites execrables, al observar los abusos como prácticas cotidianas en el manejo de los recursos hospitalarios, los carné de discapacidad en donde legisladores han aprovechado sus beneficios y otros, que solo muestran una descomposición al mirar como algunos acusados, se presentan ante el público en el marco del proceso electoral.

En nuestra historia de  democracia, se pone siempre al límite las contradicciones no resueltas, entre conglomerados sociales y el gobierno nacional, manifestados en su dimensión hace un año con la movilización de octubre, que dejaron secuelas en el plano social como en el económico aun no resueltas, que concluyeron en su fase aguda con la derogatoria del Decreto Presidencial, que elevo el costo de los combustibles, sin embargo no se ha establecido un mecanismo continuo de discusión, para resolver este y otros problemas que afectan a la vida de la gente, lo que deja pendiente estas reclamaciones agravadas con la pandemia, que probablemente se expresaran como válvula de escape en las urnas de la próxima contienda.

El voto popular se inclina en principio, para inhabilitar a los malos funcionarios que han administrado con desdén los recursos públicos. Es decir, sabemos a cabalidad quiénes no deben ya gobernar. El problema está en la otra orilla de saber distinguir a los que confiamos los destinos del gobierno nacional y de la legislatura, por factores como la escasa civilidad de partidos o movimientos políticos, que siendo el vehículo de generar líderes en lo moral y capacitados para asumir los valores de la institucionalidad, resultan improvisados de última hora. De todas maneras, la responsabilidad por ahora está ubicada en los electores, que siendo todos, debemos comportarnos con dignidad y libertad para esta vez acertar. (O)