Impunidad e inmunidad

Marco Carrión Calderón

OPINIÓN|

Son dos cosas completamente diferentes, pero a la vez dos hechos que protegen a los “candidatos” de elección popular por el simple hecho de serlo. Entonces es claro que uno de estos no puede ser juzgado, ni arrestado, peor encarcelado, así haya cometido graves delitos en contra del Estado y la sociedad.

Allí encontramos la razón por la que una serie de delincuentes quieren ahora ser candidatos a cualquier cargo de elección popular, y lo hacen con la mayor desvergüenza, inclusive tienen la desfachatez de decir que buscan el bien del pueblo, de los pobres, de cualquier cosa que saben suena bonito y que seguramente atraerá a algunos incautos y despistados electores, de los cuales por desgracia hay una altísima cantidad en este desventurado país.

Por si fuera poco haber tenido que soportar casi quince años de gobiernos de ladrones, abusivos, prepotentes y cínicos, ahora tenemos que ver durante unos cuantos meses cómo los pillos camuflados de políticos, de redentores, de “buenas gentes” se aprestan a engañar nuevamente a la gran cantidad de electores que van a las urnas obligados a tener un papelito o certificado de votación que rara vez se necesita para algún trámite.

Cuánta vergüenza produce todo eso. Nos inculcaban desde niños el orgullo de ser ecuatorianos y ahora estas pandillas de delincuentes nos avergüenzan mucho. Y es que nuestras leyes permiten todo eso, y es que hay un Consejo Electoral que ni se mosquea cuando da paso a una serie de fulanos que van a inscribirse como candidatos con cédulas de número equivocado o con documentos que son de otras personas. Y la inefable Atamaint justifica esos absurdos y concede plazos para que vengan con los documentos que sí les corresponda.

He allí el show que nos prepara esta campaña y elección. ¡Qué vergüenza saber que el mundo está viendo estas cosas¡ (O)