Tras la autoridad

Viviana Bernal Estrada

OPINIÓN|

Con precisión hacia aquellos con quienes nos sentimos representados. Cuán fácil se tornó abrir la boca para expulsar tanta violencia por lo que se hace bien o lo que discierno está en miras de hacerlo. La decepción frente a las desacertadas formas de gobierno ha llegado a bloquearnos al punto que nuestra única acción es atacar sin reparo alguno, olvidando que el buen gestor aprende en el día a día y por ende los tropiezos son parte de la excelencia que como personas de bien queremos todos alcanzarla.

Creería que todos tenemos las capacidades para dirigir, pero no es así, a la par de una alta responsabilidad se correlacionan varios elementos que no aíslan la cualidad de ser humano, pero es tanta la mezquindad que prima el malsano egocéntrico con la única finalidad de querer construir sobre escombros.

Démonos el derecho de indagar más allá de lo que nos quieren “vender”, no seamos parte de una corriente de revuelta cuando aún quedan varios propósitos para beneficio colectivo, seamos la diferencia en ser receptores que devuelvan lo que el raciocinio personal debería, por principio ético transferir. Démonos la oportunidad de regocijarnos de la unión y de la valía del otro.

Sin nombres, sin colores, sin sesgo alguno…. (O)