San Francisco de Peleusí de Azogues, ciudad franciscana, patrimonial, y de hombres ilustres festeja hoy el bicentenario de la gesta histórica del 4 de noviembre de 1820. La capital provincial del Cañar en sus 200 años de historia crece altiva y con nuevos retos para levantarse de la emergencia sanitaria del COVID-19.
Azogues, ciudad Patrimonio Cultural y Urbano del Ecuador desde el año 2000, se caracteriza por su alto nivel de educación y cultura.
Sus habitantes no pierden sus costumbres de antaño como: saludar, asistir los domingos en familia a la iglesia, sentarse en los parques a leer los periódicos o simplemente dialogar de lo que pasa en la urbe. Sus atractivos son diversos como: el Santuario Franciscano, la iglesia de La Catedral, la Virgen del Abuga, el Parque Central del Trabajo, las ruinas arqueológicas de Cojitambo, las orillas y puentes sobre el río Burgay, entre otros, sin olvidar sus oficios que demuestran su encanto.
Hoy -esta ciudad carismática y acogedora del Austro del país- celebra de una forma que jamás se lo imaginó su bicentenario, y con los objetivos puestos en reactivar su economía golpeada por un virus que ha dejado dolor en las familias azogueñas.
El comercio, turismo, construcción, cultura, las artesanías incluso la migración son algunos de los principales ejes de desarrollo para la ciudad que se asocian con las decisiones de sus autoridades en los diferentes niveles de gobierno. Los representantes de algunas de estas áreas hablan de las acciones concretas para llegar al bien común.
Economía
Marcelo Jaramillo, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Azogues, afirma que: “El comercio dinamiza todo y a través del comercio se manifiestan todas las actividades (…) En los últimos años el comercio se ha diversificado bastante en la ciudad, y lo que debemos seguir haciendo para levantarnos de la crisis sanitaria, es apoyar lo nuestro”.
Plantea alternativas de generar rutas turísticas relacionadas con los atractivos que se poseen, por citar, las ruinas de Cojitambo, cerro Abuga, aguas termales de Guapán, aprovechar de los proyectos hidroeléctricos de la zona y cercanías como: Ocaña, Mazar inclusive de la cola de San Pablo. “Las autoridades deben trabajar en esas rutas importantísimas y diversas que no están explotadas, con lo que podríamos tener más dinamismo en el comercio”.
Construcción
“Esperamos por una ciudad más diversificada en la que se puedan aprovechar de todos los recursos que tenemos, una ciudad con servicios básicos de agua potable y alcantarillado, y buenas vías (…) En Azogues falta mucho por hacer, es así como se trabaja con las autoridades municipales en el plan de ordenamiento territorial que es la oportunidad para proyectar la ciudad del futuro”, señala Mónica León, presidenta del Colegio de Arquitectos del Cañar.
Propone un Azogues más amigable con el ambiente, priorizando al peatón en la movilidad, donde se dinamice la parte central de la ciudad para no tener una urbe “muerta e insegura”, se necesita de equipamientos, por citar, poner en funcionamiento “de forma urgente” el nuevo mercado, construir el camal municipal. Además de establecer políticas para rescatar y fomentar el patrimonio de la ciudad.
Cultura
De acuerdo con Edgar Palomeque, director de la Casa de la Cultura Núcleo del Cañar, el más grande patrimonio y bien que tiene un pueblo es su riqueza ancestral y las artes, es así como propone convertir a Azogues en un referente de la cultura del país para lo que se requiere de un trabajo articulado entre las diferentes instituciones.
“Las autoridades del Municipio, Gobierno Provincial del Cañar, Casa de la Cultura y más instituciones deben unirse para llevar a cabo los diferentes proyectos culturales con propuestas y recursos económicos, siendo uno de los retos que nos deja el bicentenario”, indica Palomeque, quien asegura que ya se desarrolla el salón de pintura, festival de danzas y del libro, y se manejan propuestas para realizar festivales de poesía y relato a nivel nacional.
Artesanías
“Los artesanos hemos sufrido grandes pérdidas económicas en la pandemia, hoy apuntamos a reactivar la economía que se nos ha hecho difícil porque la ciudadanía no está acoplada a esta nueva realidad, la gente no sale y opta por comprar en línea”, expresa José Luis Landín, presidente de la Junta Provincial de Defensa del Artesano. El reto se centra en generar una corresponsabilidad ciudadana de preferir y confiar en los productos locales que son ciento por ciento garantizados. Así, la capital provincial del Cañar se apresta a iniciar un nuevo trayecto tras celebrar hoy 200 años de historia. (BPR)-(I)
