El Gobierno vs. los GAD

Análisis político Marco Salamea Córdova

La disminución por parte del Gobierno de las asignaciones a los denominados “Gobiernos Autónomos Descentralizados”, que incluyen a los Gobiernos parroquiales, cantonales y provinciales, ha generado protestas en Quito por parte de los Alcaldes y Prefectos; anunciándose, también, que las Juntas Parroquiales están a la espera de la derogatoria de los decreto ministeriales que posibilitan dicha disminución

Se trata de una disminución que, por ejemplo, en el caso de las Municipalidades llegaría hasta un 28% y en el caso de los Juntas Parroquiales a un monto de 37 millones, a lo que se suman las deudas que el Gobierno central mantiene con las Municipalidades, que llega a más de 1.200 millones.

Son disminuciones y deudas que no sólo dificultan y limitan enormemente la gestión de los GAD; sino que, sobre todo, afectan directamente a las poblaciones de los territorios provinciales, cantonales y parroquiales del país, que son las que en estas condiciones recibirían menos atención a sus necesidades de obras y de servicios básicos por parte de los GAD.

Si bien la crisis fiscal, agravada por la pandemia, ha llevado al régimen a justificar dichas disminuciones; empero, en situaciones de crisis cualquier recorte presupuestario debería afectar lo menos posible a los recursos de instituciones ligadas directamente al desarrollo social y comunitario de los territorios; amén de que cualquier decisión en ese sentido debería ser procesado mediante el diálogo y los acuerdo, y no mediante la imposición.

Por otro lado, esta situación que viven los Gobiernos provinciales, cantonales y parroquiales, y su dependencia económica del Gobierno nacional, denota que su denominación como “Gobiernos Autónomos Descentralizados” (GAD) es una denominación  pomposa y mentirosa, puesto que en la práctica no son ni autónomos ni descentralizados

Es que, en Ecuador, a contrapelo de lo que dice la ley y de la retórica de los Gobiernos centrales, durante más de una década se ha dado más bien la centralización del poder estatal en manos del Ejecutivo, sin entender la importancia política que la descentralización del Estado tiene, sobre todo, para el fortalecimiento de los Gobiernos de cercanía y, por lo tanto, para el desarrollo de una mayor democracia en la sociedad. (O)