La anterior semana los alcaldes de Gualaceo, Chordeleg y Sígsig se reunieron para rechazar la contaminación de la cuenca del río Santa Bárbara y dijeron que propondrán una consulta popular para declarar a dicha cuenca libre de minería metálica. Ellos estuvieron coordinando con la comuna indígena de San Sebastián de Sígsig, todos ellos preocupados por la permanente contaminación del río, la que se le atribuye a las actividades mineras que se realizan en la parte alta del Sígsig que es donde nace el río. Las primeras vertientes del Santa Bárbara están ubicadas en el sitio denominado El Moriré en el divortium aquarum.
Los alcaldes de los tres cantones piensan que la contaminación del río se debe a la actividad minera metálica pero no solamente es por esta razón ya que las aguas negras o residuales son lanzadas directamente al río, y además en algunas localidades los lixiviados producto de depósitos de basura también van a parar al río por lo que el maltrato de las aguas del río no solo hay que echarle la culpa a la minería metálica. En algunos lugares se escucha que todavía lavan el oro en batea utilizando el mercurio. Esto habría que comprobar.
Las concesiones mineras en la zona oriental del Azuay en el futuro ya no se deben otorgar ya que algunas concesiones se han concedido desde el escritorio sin estudiar la realidad y sin realizar el estudio de impacto ambiental. Santiago Yandún, director zonal 6 del MAAE dijo que se destruyeron algunos equipos y herramientas de dos campamentos mineros con el propósito de frenar de un solo golpe la minería ilegal. A toda costa hay que evitar la contaminación de las aguas del río Santa Bárbara para que después de varios años no se convierta en una cloaca. (O)
