¡Proceso electoral complicado!

Análisis político Marco Salamea Córdova

Sí, como un proceso complicado, engorroso, difícil, fastidioso, etc. puede ser calificado el proceso que está actualmente en marcha en Ecuador, y que terminará con las elecciones de febrero de 2021.

Es que, como nunca antes ha ocurrido y faltando menos de dos meses para las elecciones presidenciales, todavía no se sabe con certeza el número final de candidatos a la Presidencia de la República; pues la última resolución del Tribunal de lo Contencioso Electoral, que  conminaría al Consejo Nacional Electoral a dar un nuevo plazo para que el movimiento “Justicia Social” realice elecciones internas y pueda inscribir la candidatura de Albaro Noboa, alargaría los tiempos para se pueda iniciar la impresión de la papeleta electoral.

Se trata de una situación se podría complicar aún más si, eventualmente, se producen nuevos recursos de apelación contra ciertos candidatos presidenciales, pues legalmente estos recursos podrían presentarse hasta el 7 de enero 2011, es decir cuando se esté ya en plena campaña electoral. Una posibilidad que de concretarse sin duda resultaría absurda y que debería ameritar una modificación de le ley electoral vigente,

Precisamente, en base a dicha Ley o “Código de la Democracia”, se ha asistido en el actual proceso electoral en curso a una inusitada cantidad de recursos de apelación de algunas de las candidaturas presidenciales, especialmente de las que aparecen con más fuerza; recursos que, por lo tanto, han estado básicamente motivados por intereses y cálculos político-electorales.

Esa serie de recursos interpuestos, ante los organismos electorales, ha sido también la ocasión para poner en evidencia los conflictos entre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal  de lo Contencioso Electoral (TCE), y que no asomarían sino como la prolongación de los conflictos permanentes que se han dado constantemente entre los integrantes del CNE; una cuestión que, en el fondo, no sería sino la expresión de la politización y partidización que continúa al interior de los  organismos electorales.

En este escenario toca estar vigilantes para que el sinuoso camino, que está siguiendo el actual proceso electoral, no termine por empañar la trasparencia democrática que deben tener las elecciones de febrero. (O)