Proyecto busca fortalecer el liderazgo de la mujer rural

Los convenios tendrán una duración de dos años. LCH

Desde septiembre de este año, la red de turismo comunitario Pakariñán desarrolla un proyecto enfocado a fortalecer el rol de liderazgo de la mujer rural. El trabajo se desarrolla en 14 comunidades de las provincias de Azuay, Cañar y Loja.

Según explicó Erick Ochoa, director de proyectos en Pakariñán, para la implementación del proyecto fue necesario hacer alianzas con otras instituciones para fortalecer a las mujeres en diferentes ámbitos.

En ese marco, ayer se firmaron varios convenios, uno de ellos con la empresa Atuk, que recoge a expertos en seguridad hídrica y tecnología, quienes contribuirán para reducir la brecha en el acceso de las mujeres a estudiar una carrera relacionada a las tecnologías de la información y comunicación (TICs).

Cuando por fin una mujer logra estudiar una carrera relacionada a las TICs, tiene siete veces menos probabilidades de conseguir un buen trabajo en este sector. Podemos sentar bases para que las nuevas generaciones puedan en un futuro desarrollarse en ese ámbito”, comentó Ochoa.

También se firmó un convenio con la asociación Rafalex, que trabaja en desarrollo integral. En ese sentido, Ochoa recordó que hay retos importantes en los que se debe trabajar para evitar la violencia de género.

Otro gremio que se suma es el colectivo “Soy Azuay”, para impulsar el emprendimiento en las mujeres de la ruralidad.

“Los hombres rurales tienen un ingreso promedio de 280 a 390 dólares al mes. Las mujeres rurales tienen ingresos máximos de 230 dólares. Esas brechas de ingresos hay que discutirlos y trabajarlos”, agregó Ochoa.

Por su parte, la empresa Integrar aportará a través de las capacitaciones que están destinadas a niños y adolescentes en temas de tecnologías; a profesores rurales acerca de nuevos modelos educativos y herramientas tecnológicas; y a mujeres de la ruralidad en liderazgo, empoderamiento, ventas y negociación.

“Quizá las mujeres emprendedoras, mujeres del campo, hemos sido muy poco reconocidas. Sabemos que de la ruralidad viene la alimentación a la ciudad y nosotros no hemos sido tomadas en cuenta. Es un orgullo que este proyecto se firme en favor de las mujeres y así podamos capacitarnos más, expresarnos mejor y ser más valoradas a nivel de la provincia y el país”, indicó Carmen Tigre, presidenta de la organización Hatari Warmi, una de las beneficiarias del proyecto. (LCH)-(I)

DATO

Un total de 170 mujeres son beneficiarias directas del proyecto, mientras que 2.500 son beneficiarios indirectos.