Dos cantones en emergencia

En más de dos millones de dólares son evaluados por el Alcalde Chordeleg los daños causados por las intensas lluvias y granizadas caídas el pasado fin de semana, y que obligaron al Comité de Operaciones Emergentes cantonal a declarar la emergencia, tal como lo hizo el de Gualaceo, otra de las jurisdicciones afectadas.

La siempre impredecible naturaleza descargó su furia. El desbordamiento del río Pungohuayco, que forma el Guaymincay y desemboca en el Santa Bárbara, dañó severamente dos captaciones y la conducción, dejando sin el servicio de agua potable a unas 8 mil personas en Chordeleg.

Mientras se abastece el líquido vital a la población por medio de tanqueros, la administración municipal hace lo posible para, en el menor tiempo posible, reconstruir la infraestructura destruida por el aluvión.

Semejantes daños comprometen aún más los pequeños presupuestos que manejan municipios, asimismo pequeños, como el de Chordeleg. Tener que destinar recursos para eventos como el sucedido es un golpe económico fuerte, pero necesario.

A los citados daños se suman los que afectan al sistema vial, como puentes, sean de madera u hormigón; a más de los perpetrados en las viviendas, como sucedió en Gualaceo.

De ahí la oportuna resolución de los COE Cantonal, al igual que las acciones tomadas por el COE Provincial en el ámbito de sus competencias.

Sin embargo, vale señalar que tal declaratoria es poca efectiva si no hay apoyo económico urgente. Y esta es una corresponsabilidad que le compete al Gobierno Nacional, posiblemente por medio de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

Las Municipalidades de los dos cantones hacen lo suyo dentro del marco jurídico que les permite la emergencia y con los recursos a su alcance. El Gobierno Provincial del Azuay contribuye con lo que dispone, sobre todo con aporte técnico y maquinaria.

Por lo general, tales sucesos suelen pasar desapercibidos por el Ejecutivo cuando ocurren en pequeñas jurisdicciones. Alentamos que ahora sea la excepción, en tratándose de dos cantones azuayos que son el “nervio” turístico de la provincia.