Juncal de Cañar

María Rosa Crespo

“El indio nunca es menos libre que cuando está solo”

Juncal, una vieja comuna indígena fundada por los españoles a principios del siglo XVII, se encuentra situada aproximadamente a doce kilómetros al noroeste de la ciudad de Cañar. La población actual, 1.800 habitantes, pertenece en su gran mayoría a la etnia aborigen, un núcleo reducido de mestizos se agrupa en torno de la plaza central. Su territorio se extiende desde el páramo a una altura de 3.800m hasta el río Juncal, mil metros más abajo; lo que permite una variedad de pisos ecológicos del cultivo: papas, habas, ocas y mellocos en la parte alta; maíz, trigo, cebada, alverjas en la baja. En el caserío disperso, entre el centro comunal y el río, se levanta las viviendas cobijadas por huallos, alisos y cañaros, con sus pequeños huertos que huelen a manzanilla, hierba buena, culantro y perejil, en os dinteles de los espacios domésticos se descuelgan las mazorcas de maíz y en su corredor todavía podemos encontrar algún telar, ya en trance de extinción; en los momentos de descanso de las mantas de wallcarina sólo con un valor de uso. Su espacio se encuentra atravesado por una intricada red de caminos donde el visitante ocasional se extravía con facilidad, cada uno representa un código secreto conocido sólo por sus habitantes, los caminos señalizan la urdimbre de las relaciones sociales de un grupo, su jerarquía, su importancia y su intensidad, los espacios de tránsito son espacios de comunicación. Por ellos transitan tarde y mañana los pastores infantiles tímidos y esquivos, con su rebaño de ovejas, inmersos en la luminosidad del estío o en la fantasmal niebla de la estación invernal. (O)