“Para área de trasplantes el 2020 fue catastrófico”

Dr. Darío Guamán, Coordinador de la Unidad de Trasplante del Andrade Marín

Desde hace más de una década el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) de Quito tiene activados los programas de trasplante hepático, renal, pulmón, médula, y córnea, pero la pandemia del Covid 19 ha obligado a disminuir estos procedimientos. Incluso en los hospitales de Guayaquil y Cuenca se pidió la inactivación temporal de trasplantes por la emergencia sanitaria que se desató en marzo de 2020. 

.- ¿Cómo avanzan en el Ecuador los procesos de trasplante de órganos? 

En 2019 se realizó el primer Simposio de Trasplante de Órganos auspiciado por el Hospital Carlos Andrade Marín. Hubo expositores de Argentina, España, Brasil y México y estaba enfocado en los programas de trasplante hepático, renal, pulmón, médula, córnea y se avanzó en charlas para sacar adelante el proyecto de trasplante cardíaco. 

Está por concluir la fase de acreditación para este trasplante; esperemos que en las primeras semanas de enero se cuente con esta acreditación. Para el 2020 había otros muchos proyectos para el trasplante de órganos y donación, pero por la pandemia se vinieron abajo. 

.- ¿Cómo afectó la pandemia? 

Para el área de trasplantes en los hospitales del IESS, el 2020 fue catastrófico. El panorama que tenemos desde que comenzó la pandemia es bastante crítico. 

.- ¿Por qué? 

La donación depende de dos opciones. El mayor número de donaciones proviene de pacientes que fallecen por muerte encefálica y que ya no poseen actividad cerebral; están conectados a un ventilador, pero no tienen autonomía cardíaca y neurológica y deben permanecer en las áreas de cuidados intensivos. 

.- ¿Hay capacidad en estas unidades? 

Investigación

El Sistema Nacional de Salud tiene muchas limitaciones, y una de estas es la cantidad de camas de cuidados intensivos a escala nacional. 

Si nosotros no tenemos una unidad de cuidados, que es de donde salen los donantes que presentan muertes encefálicas, tampoco existen condiciones para hacer los trasplantes. 

Además, hasta el momento las unidades están llenas al 100 % de pacientes con Covid. Cuando se declaró la emergencia en marzo de 2020 ha sido bastante complejo porque el Sistema de Salud, al no contar con una capacidad ideal de camas de cuidados intensivos ha limitado que los procesos de donación no se puedan realizar. Si no hay donantes no hay trasplantes. 

.- ¿Están suspendidos estos procedimientos? 

Desde que inició la pandemia tuvimos que suspender el programa de trasplantes, pero ya solicitamos la reactivación. Desde hace casi dos meses se han realizado tres trasplantes de córnea. Para el año que finalizó teníamos un proyecto emblemático que era alcanzar un número de trasplante renal sobre los 100. Los dos primeros meses de 2020 tuvimos una actividad bastante importante, pero por la pandemia se detuvo. 

.- ¿En cuánto bajaron los procedimientos de trasplantes en comparación con 2019? 

En 2019, en el Hospital Carlos Andrade Marín, 74 pacientes se sometieron a trasplante renal, y en 2020 solo fueron 21. De trasplante hepático, en 2019 fueron seis y en 2020 solo 2. En 2019 hubo un trasplante de pulmón, y en 2020 ninguno. 

.- ¿Cuántos procedimientos se realizaron en los hospitales del IESS de Guayaquil y Cuenca? 

Apenas inició la pandemia, los coordinadores generales de trasplantes de los hospitales de Guayaquil y Cuenca pidieron la inactivación temporal de trasplantes por la emergencia sanitaria. Esto debe ser validado por el director médico y el gerente. 

.- ¿Deben seguir suspendidos? 

Lo ideal es que no se suspendan los programas de trasplantes, pero el sistema de salud no cuenta con una adecuada infraestructura y capacidad para que se puedan realizar estos procedimientos. 

El trasplante no es solo un proceso quirúrgico con el cual el paciente va a su casa. Debe extremar cuidados porque es un paciente que puede contraer alguna infección, y al tener hospitales con el 100% de camas ocupadas con pacientes por Covid, la condición del paciente trasplantado puede agravarse y su salud puede estar en riesgo. Por eso se optó por inactivar el programa hasta que la capacidad del hospital pueda retomar su actividad de manera segura. 

.- ¿Cuándo se reactivarán? 

Esperemos que la donación de órganos se incremente y que estos programas se activen. El trasplante no solo es el acto quirúrgico. Allí interviene desde el camillero, el auxiliar, enfermeras de quirófanos, y cuidados intensivos. Son profesionales con alta calificación, de excelencia y capacitación. Las personas que reciben un órgano mejoran su calidad de vida a largo plazo, y ahorran el sistema de salud. 

.- ¿Cuál es el ahorro? 

Es muy alto. Los pacientes que se encuentran en terapia intensiva renal generan un gasto muy oneroso al sistema porque tienen que ser derivados a otros centros para ser sometidos a diálisis, etc. Esto le cuesta al Estado alrededor de 17 mil dólares al año por paciente, más aún si hay pacientes en lista de espera. En cambio, un paciente con trasplante genera menos gasto a largo plazo y ahorra al sistema de salud. Además, al contar con un programa de trasplante el hospital tiene alta capacidad resolutiva, cuenta con personal altamente capacitado, entrenado y calificado y eso beneficia a la población. 

.- ¿Cuál es el presupuesto que se asigna al programa de trasplantes de órganos? 

No existe un presupuesto fijo para este programa. Debería haber una norma que determine que se necesita un presupuesto para este tipo de patologías. Tampoco hay un presupuesto que permita que los médicos tengan una remuneración equiparable a la capacidad resolutiva que tienen. También debe haber un presupuesto para la promoción de donación, investigación, y capacitación. 

¿Cuánto se necesita? 

Para determinar el monto debería efectuarse un estudio epidemiológico basado en la realidad del país. Quito.- (SCC)-(I)