Las rosas

Josefina Cordero Espinosa

“Tienes frescos brazos de flor

y regazo de rosa”; (P. Neruda)

Varias leyendas tratan de explicar el atractivo y la hermosura de las rosas; una dice que el rosal echó raíces tan profundas en la madre tierra que extrajo de ella su sangre y produjo flores rojas; otra señala que sus hojas bebieron la pureza del rocío y brotaron rosas blancas; y alguien apunta que el sol le obsequió su esplendor dorado para que nazca la variedad de amarillas.

¿Habéis visto cómo exhiben sus colores en la alborada y exhalan sus perfumes al ocaso? Las rojas con su sangre y fuego, se han convertido en símbolo del amor sincero, excitante, pasional; con su blancura proclaman la pureza y la inocencia y las de matices ambarinos significan alegría, felicidad, ilusión, triunfo. Otros colores como el azul que refleja el cielo, libertad y franqueza; mientras el verde de la naturaleza, esperanza y equilibrio.

En la historia romántica se recuerdan las almohadas de Cleopatra rellenas con pétalos de distintas rosas, y se habla de la mortaja que preparó Dolores Vintimilla de Galindo para recostarse a morir.

El emisario de la ronda en las serenatas de antaño era el ramo de rosas depositado en el balcón de la persona agasajada.

En una continuidad en el mundo entero, la gente sigue proclamando sus sentimientos a través del lenguaje poético de las rosas. (O)