Política y políticos

Claudia Acosta A.

Vísperas de las votaciones para elegir a nuestro próximo mandatario y a pesar de que me cuido mucho de escribir sobre el tema, lo considero demasiado complicado… pero sí, me animó la curiosidad y el tratar de entender un poco esto de lo cual tanto se habla, se comenta, se opina al momento: la política y los políticos.

Y entonces, me remití al origen de la palabra, política viene del latín (“politicus”), y ésta del griego (“politikós”) que significa “de los ciudadanos”, siendo el adjetivo (“pólis”) que significa “ciudad”.

Como vemos la política tiene sus inicios en la antigua Grecia y claro,  toda su concepción y marco filosófico se encuentra allí, sería muy largo describir o analizar esto, sin embargo creo que ésta,  al igual que todas las ciencias y las artes,  tiene como inicio y punto de partida la mejora y bienestar del ser humano, el ordenamiento de los espacios en los cuales se asienta, normativas para un bien relacionarse,  convivencia,  igualdad,  respeto, en fin,  tantos aspectos que conllevan la organización y ordenamiento de la comunidad humana.

Consideré que  dentro de este marco no se necesita de mucho conocimiento ni estudio para entender que en  todo este historial,  los cargos políticos son cargos de servicio al pueblo,  los recursos que  manejan son del pueblo y que por lo tanto su deber radica en ser buenos administradores de éstos; son servidores, están al servicio, esa es su función, el poder que ostentan no les pertenece y debe servirles para trabajar por el bien común y no para proteger intereses personales y de grupos minoritarios.

Sin embargo, parece ser que no entendimos bien esto, la política desde hace mucho que dejó de estar al servicio de las mayorías, los políticos hace mucho que dejaron de ser servidores de sus naciones (con contadas excepciones),  convirtiéndose más bien en maestros de la mentira, fanfarrones de turno, prometiendo lo que,  para cualquier ser humano con un poco de sentido común es imposible de cumplir, irónicos y agresivos, atacando siempre al otro, quizás para distraer la atención de sí mismos, divisores de sus pueblos, colocando  unos frente a otros, abusando de un poder otorgado, haciendo mal uso de los recursos que les fueron encomendados.

Ser presidente de una nación no debe ser para nada una tarea fácil y no creo que se nos sea dada e todos, pienso que se requiere preparación, capacidad, fuerza, pero sobre todo honorabilidad, esta última tan difícil de encontrar… (O)