Las circunstancias actuales nos obligaron a realizar varias actividades a través de la comunicación virtual, dinámicas que requieren de soportes de distinta composición. Las personas somos seres “ergonómicos” a las circunstancias externas y todos de una u otra forma nos acostumbramos a… Tal vez resiliencia, tal vez actitud, tal vez condicionamiento; lo cierto es que más allá del compromiso en la docencia, las demandas y exigencias son inequitativas. Las horas virtuales altera por completo la hermosa y habitual enseñanza-aprendizaje en comunidad.
En esta pandemia se pudo visibilizar que la brecha social es el iris de varias causas en medio de esta gigantesca inequidad y que los chicos dejaron de ser chicos para ser adultos de corta edad frente a la inclemencia de un sistema educativo.
Enfrentar esta realidad desde el exilio tecnológico, aislamiento de redes de apoyo y otras precarizaciones, es desafiar a la actual adversidad; entonces, si el sistema exige, que así mismo se auto exija –desde su condición humana– que los esfuerzos y responsabilidades propios de los chicos, se reconozcan sin que impere la calificación cuantitativa sobre las capacidades y destrezas individuales. A los chicos, tareas de chicos, eso también es ser solidarios en épocas de pandemia. (O)
