VOTO RESPONSABLE

GONZALO CLAVIJO CAMPOS

 

 

Estamos a una semana del 7 de febrero del 2021, día en el cual participaremos en una de las elecciones más importantes de la historia ecuatoriana, ya que se decide el futuro de todos nosotros, hombres y mujeres, no sólo para los próximos cuatro años, sino de las décadas venideras.

Y es que nuestro país vive hoy una profunda crisis sanitaria, económica, institucional y moral, acentuada en los últimos seis años y más aún con la terrible pandemia, que la sentimos en carne propia con la economía paralizada, sobreendeudamiento, carencia de inversión pública, desempleo, desesperanza y frustración.

Sin  embargo, es necesario no dejarse arrastrar por la ola de negativismo y, a pesar de las crisis y el desprestigio de los políticos, estamos en la  obligación de sufragar con mayor responsabilidad que en el pasado, para salir de este estado de verdadera postración.

¿Qué propone cada candidato, repartir dólares por millares? ¿Cuál es su plan concreto para enfrentar la acuciante crisis económica y social? ¿Respeta los derechos ciudadanos, la vida, la opinión diferente? ¿Tienen antecedentes de honorabilidad? ¿Qué harán para combatir la corrupción que ha minado las instituciones democráticas?

Lastimosamente, ninguno de los 16 candidatos presidenciales se aproxima a la estatura de la Primera Ministra de Alemania por 18 años Angélica Merkel, quien se despidió con una inédita reacción de todo el pueblo, saliendo a los balcones de sus casas para aplaudir espontáneamente durante seis minutos: su liderazgo, competencia, habilidad, dedicación y sinceridad en la conducción de una de las economías más sólidas del planeta. Dieciocho años y no cambió ni sus sacos, ni su modesto departamento, pues considera que ser empleada pública es un altísimo honor que lo llena todo.

Entre los 16 es fundamental elegir al menos demagogo, al de mayor honorabilidad, al más libre y que tenga experiencia en el manejo de la economía  y conducción de una nación.