Tenemos el derecho de rechazarlos…

Claudia Acosta A.

Hace poco oí una charla del Dalai Lama sobre educación, el tema era amplísimo y profundamente bello, sin embargo, paralelo al tema de la educación, tocó por repetidas ocasiones la necesidad del ser humano de una vida en comunidad y por ahí es donde quiero empezar.

Dijo que por naturaleza somos animales sociales, y que desde esa verdad,   cuidar nuestra comunidad es nuestra naturaleza básica pero que sin embargo,  hemos desarrollado esta idea de “nosotros y los otros”,  creando infinidad de diferencias entre unos y otros; da el ejemplo de que cuando somos niños y no tenemos estas ideas todavía en nosotros, vemos al otro igual, no existen diferencias raciales, religiosas, económicas, jugamos juntos sin más, sin embargo,  a medida que crecemos, el entorno cultural, el sistema educativo, van desarrollando en nosotros esta diferenciación,  haciendo grupos a nivel nacional, religiosos,  entre otros;  luego sobre esta base de crear diferencias, reforzamos más la idea de separación,  siendo la base para conflictos posteriores.

Habló de la importancia de que haya felicidad y armonía en la comunidad, de que occidente, sobre todo, tiene una idea demasiado fuerte de tratar de lograr la felicidad individual y no tener en cuenta la felicidad de los demás, “el modo más sabio de ser egoísta es pensar en los demás, si solo pensamos en nosotros y no pensamos en los demás no vamos a conseguir nuestros objetivos, nuestra comunidad es la base de la felicidad individual”, dijo.

En este tema y como reflexión personal, si solo podemos ver un poquito más allá, nos podríamos dar cuenta de que no es posible estar bien si nuestro entorno no lo está, la pandemia de algún modo nos ha mostrado lo interconectados que estamos, no podemos vivir en burbujas de cristal creyendo que lo que pasa afuera no nos afecta, al final nos afectará…

Somos parte de un gran cuerpo donde cada uno de nosotros tiene una función, un rol, que, de ser bien ejecutado, permitirá a este gran cuerpo trabajar bien, todos somos necesarios, nuestras diferentes funciones son valiosas e importantes, pero tenemos que tener claro esto, no somos entidades separadas somos parte de.

Y bueno,  para terminar,  una frase de este maravilloso líder espiritual que me llamó mucho la atención,  al hablar de las diferentes tradiciones religiosas él expresa que todas difunden el mismo mensaje, el mensaje del amor, que simplemente utilizan distintos argumentos  filosóficos y cosmológicos, pero finalmente dice “si estas religiones se convierten en algo que solamente nos crea problemas y no nos da ningún valor entonces tendríamos el derecho de rechazarlas” ahora un simple ejercicio querido lector, de esta misma frase cambie la palabra religiones por políticas o políticos, y saque sus propias reflexiones… (O)