En dura contienda para los presidenciales sabemos del primer finalista y el segundo por poco margen del tercero, que para los “analistas connotados” en su pensamiento positivo parece ser una sorpresa, cuando al inicio de la brega le asignaban un 3 % histórico de su movimiento, más para quienes vivimos en Azuay, percibíamos la potencialidad de llegar a ocupar los primeros lugares por su trayectoria, organización y estructura política e identificación con las vitales causas nacionales, como la defensa de los recursos naturales.
Los problemas de sobrevivencia, el mal uso de recursos públicos, corrupción transversal inseguridad ciudadana, son temas que requieren atención emergente y acuerdos nacionales para superarlos, con liderazgos honestos y aquellos que muestren voluntad para dirigir los destinos nacionales bajo estas premisas, seguramente recibirá el favor popular, como medio para emprender con eficiencia acciones urgentes de vacunación masiva sin privilegios para contener a la COVID-19, como pilar para recuperar el aparato productivo nacional de la industria, artesanía, turismo, etc. Volver a insertar en la educación formal a la niñez y a la juventud por ahora confinada, hacer de la seguridad jurídica institucional una certeza para la inversión y la movilidad nacional, controlando el micro tráfico de drogas que ha colonizado a vastos sectores nacionales y engendrado prácticas nocivas del sicario.
En cada elección el pueblo cree escoger a quien gobierne a su favor, siendo intuitivo y claro luego sufre sus equívocos, cuando se alejan de sus propuestas, por lo que hace esfuerzo en la selección, como castigar a quienes no estuvieron a la altura de su mandato, por ejemplo, los legisladores en funciones que pretendían reelegirse, con algunas excepciones, la mayoría no consiguió su objetivo y ahora quienes llegan al parlamento por favor alejarse de los diezmos, abusos como los del carné de discapacidad u otros y lo imperdonable repartirse las indigencias de hospitales en epidemia en componenda con el ejecutivo. Otra vez la democracia abre desde las urnas la esperanza de encontrar el rumbo adecuado para la patria desolada. (O)
