¿Hay alguien allí…?

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

La escena: un camino oscuro, con árboles altos y poca luz, espinas, matorrales, hay eco sin respuesta, nadie dice nada, todo es desierto, y al final una voz desesperada y sin esperanza grita con cautela: ¿hay alguien allí…?

Y no hay nadie. No responde quien debe hacerlo. No se muestra una luz. Tan solo, esquivando las pocas ramas que quedan, en una especie de desesperada huida, vuela un búho que había olvidado que tenía que buscar otro espacio para su nueva noche.

El tiempo pasa y la vida se va. Muchos lo han intentado, otros, han abandonado el camino. Hay de todo, incluso quienes guardan un último respiro. Llega una nueva noche, semanas y meses. No hay respuesta. Se levantan ideas, alguien piensa en una propuesta, pero no, las intenciones son eso, intenciones. No contestan. No comentan. No hay nadie. Y vuelven a preguntar: ¿hay alguien allí…?

Otra vez no ha salido el sol. Es todo ausente y vacío. Nadie intenta siquiera una nueva ruta. Todo está repetido, común, simple y con menor esfuerzo. Es un círculo de caminar y caminar, y lo peor: sin camino.

 No hay vacunas. Tampoco liderazgo por la reactivación del país. No hay respuesta a las ausencias. No existe urgencia por equipar hospitales, atender a los médicos y dar atención a la nula institucionalidad. Inseguridad y silencio. Delincuencia y ceguera. Desesperación y burla. El camino es desolado, lejano, oscuro. Sigue oscuro.

¿Hay alguien allí…? ¿Escucha alguien…? ¿Puede responder alguien…? ¿Hay alguien gobernando al país? (O)