Monumental desgobierno 

Alberto Ordóñez Ortiz

En medios internacionales, a voz en cuello, el ex–presidente Correa anunció que en los próximos días –una primicia- el presidente Moreno presentaría su renuncia. Alegaría –así dijo- que se encontraría sufriendo una grave enfermedad. A día seguido, el propio Moreno confirmó lo expuesto y agregó que su corazón se hallaba seriamente afectado. Coincidencialmente, en estos mismos días, prestigiosos politólogos sostienen que su gobierno es el peor de la historia republicana, criterio con el que muchos coinciden, incluido el propio movimiento político –AP- al que pertenecía y del que fue expulsado con todos los deshonores posibles: por alta traición. La verdad es que su mandato se ha caracterizado por su patente blandura, por una lánguida inutilidad, por sus constantes yerros y por la innegable promiscuidad de ciertos colaboradores.

Confirmando lo expuesto, la Asamblea Nacional, acaba de rechazar un proyecto de ley urgente remitido por Moreno, y lo rechazó por vergonzosas negligencias en su redacción. Adicionalmente detectó varias y serias violaciones a la Constitución que, lo envilecían, –cabe perfectamente el vocablo- y lo volvían inejecutable. El envió de un proyecto de ley inconstitucional es evidencia de una incapacidad nunca antes registrada en lo que va de nuestra alicaída historia, más alicaída, precisamente ahora.

No es necesario que le endilgue todo el vasto conjunto de sus ruinosas inconsistencias gubernativas. Basta recordar el catastrófico estado de la economía, los desfalcos que se habrían cometido –pronto se harán públicos-, el desempleo, y el amplio sector que pasó de la pobreza a la miseria, Entonces, es comprensible que debe “dolerle mucho el corazón”. Mucho, y más cuando salga a la luz lo que ha mantenido en la oscuridad. Entonces, el peor gobierno de la historia es un hecho indisputable. (O)