La salud mental es un factor al momento de decidir el retorno a las aulas

Estudiantes de la Unidad Educativa Santana se realizan las pruebas previo al retorno a las aulas. Xavier Caivinagua/El Comercio

El estado psicoemocional de los estudiantes es uno de los factores que llevó a los directivos de las instituciones educativas a proponer planes de retorno a la educación presencial, con medidas estrictas de bioseguridad y compromiso de las familias.
 Pero aún son pocas. Algunas alistan todo para volver a las aulas y otras conservan las clases de manera virtual.

Cristian Cobos, coordinador zonal de Educación, había anunciado para ayer el retorno de las actividades presenciales en cuatro establecimientos de la ciudad. Uno de ellos es el Colegio Alemán donde un nuevo grupo de estudiantes se sumó a las clases presenciales que iniciaron con un primer bloque a inicios de marzo; ya suman 414 en las instalaciones.


En noviembre del año anterior, el rector Thomas Strobel, ante la preocupación del estado psicoemocional de los estudiantes a largo plazo -en un sistema educativo en medio de la pandemia por el coronavirus- desarrolló un ambiente seguro para el retorno de actividades presenciales, esto con el apoyo de Alemania.

Medidas


Allí las medidas de bioseguridad son estrictas: nadie ajeno a la institución ingresa sin una prueba COVID, está restringido el paso incluso para padres de familia, los estudiantes están registrados en un sistema de seguimiento, establecieron una capacidad máxima por aula en función del tamaño para garantizar el distanciamiento y el uso de mascarilla durante la jornada.


En la Unidad Educativa Santana ayer desarrolló la toma de pruebas de coronavirus a todos los estudiantes que volverán a las aulas. 
En las instalaciones había movimiento. Personal de la institución, médicos y laboratorisas, padres de familia y estudiantes participaban de la jornada de pruebas, cuyos resultados obtenidos permitirán el retorno presencial desde mañana.


La decisión de volver a las aulas fue ante la necesidad de acortar el distanciamiento por la pandemia. “En las edades escolares los niños y jóvenes necesitan una dimensión de crecimiento y desarrollo. Somos conscientes de la necesidad sociable y humana de que esto comience a activarse con todos los protocolos”, mencionó el rector.

Ayer, Claudia Jurado junto a su hijo David Villarreal acompañaron a Rubén Darío a realizarse la prueba.
 David dijo que su familia dejó la decisión de volver a las aulas a Rubén. Reconoció que como jóvenes necesitan espacios de convivencia con sus compañeros de la misma edad, que para educarse no es lo mismo hacerlo a través de una pantalla.


Nicolás Llerena, quien cursa el décimo año, también llegó a la prueba, se saludó con sus amigas de clases y dijo sentirse feliz de volver a las aulas porque con las clases virtuales no logra un aprendizaje integral y además se presentan algunos problemas. 
Crespo mencionó que el viernes anterior fue aprobada la Política Integral de Seguridad Escolar para el regreso a la modalidad presencial y con todas las medidas de bioseguridad.

El 67 % de la población estudiantil formará parte de un sistema híbrido de trabajo donde los niños y jóvenes puedan acudir dos días de la semana de forma presencial y los otros de manera virtual.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, ratificó el teletrabajo hasta el 13 de abril, a excepción de las instituciones educativas que ya tienen aprobado el retorno a las aulas. (CMR)-(I)